Pasos para que un banco tome el control de una caja
Las entidades sopesan el riesgo del impacto en el mercado.
La delicada situación por la que atraviesa CAM, entidad que el miércoles solicitó su nacionalización tras fracasar el proyecto de fusión de Banco Base, abre un nuevo capítulo en la reestructuración del sistema financiero al acercar en el tiempo la entrada de un banco en una caja, algo que hasta ahora no se había producido. El Banco de España ha sondeado ya el posible interés de Santander, BBVA, La Caixa, Popular y Sabadell por CAM, y si bien todo indica que la entidad que preside Botín es la que más papeletas tiene de protagonizar alguna operación, su articulación final abre muchas incógnitas.
Adquirir activos de una caja de ahorros española quizá no sea la mejor carta de presentación para un banco español cotizado en el momento actual. El sector financiero sigue generando mucho recelo en el exterior, por tanto, para que un banco acceda a entrar en alguna caja; el precio, la variable clave en toda transacción, debe ser lo suficientemente atractivo para el comprador como para no inquietar a accionistas o analistas, según comentan los entendidos.
La importancia que ha adquirido la diversificación geográfica del negocio bancario es tal que el propio Santander, en una campaña publicitaria actual cuantifica la distribución geográfica de su beneficio de 2010 sobre un mapa del mundo para dejar claro que España no es principal generador del resultado. En los anuncios se puede ver el peso de Brasil (25%); Reino Unido (18%), España (15%); EE UU (6%), México (6%), Chile (6%) y Portugal (4%), entre otros, en las cifras del pasado ejercicio.
A la espera de ver, por tanto, si la entrada de algún banco en una caja se puede materializar, se abren varias posibles vías de actuación. Y precisamente la implicación o no del FROB será determinante a la hora de marcar la hoja de ruta.
En caso de que el FROB no entre en CAM se abren dos opciones. La naturaleza jurídica de una caja impide su venta como tal. "Al ser una fundación no tiene dueños y no se puede adquirir. Se puede trocear para que alguna entidad interesada compre los activos y pasivos. La otra opción es convertirlo en banco y traspasar los activos y pasivos al banco y mantener la fundación como accionista", explica Abraham Nájera, socio de CMS Albiñana y Suárez de Lezo.
El resultado final para la caja dependerá del precio al que se valoren los activos, pues esa será la variable que permitirá calcular el porcentaje que tendrá como accionista de la nueva entidad.
En caso de que el FROB se viera obligado a entrar en la entidad primero, el escenario que se abre resultaría diferente. En este caso la valoración que haga el Estado de la caja también resultará determinante pues de ello dependerá que la inyección de dinero que requiera para sanearla implique un control mayor o menor de la entidad.
Una vez realizada la entrada en la caja, el FROB tiene cinco años para vender su participación a no ser que la caja encuentre una solución alternativa antes. La normativa actual da un primer plazo de un año o un segundo plazo de dos años para que la caja recompre las acciones o pida su venta a un tercero.
Así, la solución final, si el FROB toma una participación mayoritaria, es similar a que la caja acabe vendiendo su negocio a un banco, con la diferencia de que la operación se dilata en el tiempo y probablemente se ejecutará a un precio más alto ya que se supone que la entrada del Estado da más seguridad y crédito al saneamiento. Tampoco hay que descartar, además, que venga acompañada de algún aval del Estado, lo que se conoce como Esquema de Protección de Activos (EPA), algo que ya ocurrió en el pasado con los procesos de venta de Caja Castilla La Mancha y Cajasur tras las intervenciones del Banco de España en ambos casos.
Cajastur, entidad que se hizo con Caja Castilla La Mancha, se aseguró una cobertura de morosidad futura por un importe máximo de 2.500 millones como parte de la transacción, una operación que se articuló a través del Fondo de Garantía de Depósitos. En la venta de Cajasur a BBK, y con el FROB ya constituido, fue este el que aportó un esquema de protección de activos por 392 millones.
Los expertos señalan, por tanto, que ven difícil que se logre algún aval de este estilo para bancos que quieran adquirir activos de la cajas si no se produce la intervención del Estado primero. Lo único claro es que las cajas deben decidir si aceptan un precio bajo de algún banco para evitar el FROB u optan por claudicar y dejar que entre el Estado.
El gran dilema del precio
No existen duros a pesetas y las cajas con necesidades de capital se enfrentan a un gran dilema. Antes de vender el negocio bancario a alguna entidad cotizada, deberán valorar si les compensa aceptar el precio bajo que les ofrezcan -pues parece poco probable que una entidad cotizada se arriesgue a disgustar al mercado pagando en exceso- para evitar la entrada del FROB o si, por el contrario, creen que la nacionalización es la mejor opción si piensan que podrán recomprar su participación cuando mejore la economía. El dilema para el banco comprador es otro, si comprar ahora barato con más incertidumbres o esperar al FROB y pagar más caro, con menor riesgo.