Telefónica crea una filial en Irlanda por motivos fiscales
Desde el pasado año, Telefónica dispone de una filial en Irlanda creada para aprovechar las ventajas fiscales para empresas que imperan en ese país, según publicó ayer CincoDías.com. Esta nueva participada nació en febrero, según revela un documento oficial de la operadora, y su nombre es Telfin Ireland.
Telefónica inyectó 919 millones en su constitución, pero su capital ha ido aumentado. En abril llegaron otros 243 millones a través de una ampliación de capital, la misma forma en la que se inyectaron 1.379 millones adicionales en mayo. En junio se realizó la última aportación conocida: 869 millones. En total, por las arcas de Telfin Ireland han pasado más de 3.400 millones de euros. ¿Con qué destino? "Financiar otras empresas del grupo en operaciones realizadas durante 2010", dice el documento de Telefónica.
En todo caso, no fueron actividades irlandesas las que se financiaron, pero tampoco españolas. El objetivo de la filial es financiar negocios nuevos fuera de España, según fuentes cercanas a la operadora. Por ahora, desde la filial financiera han salido fondos para sufragar compras de espectro radioeléctrico en Alemania y México (2.616 millones de euros en conjunto) y para la adquisición de Hansenet, la operadora de ADSL alemana que se compró a Telecom Italia por 900 millones.
El objetivo de esta actividad y de la constitución de la filial irlandesa es beneficiarse de las ventajas fiscales del país, según estas fuentes cercanas a la operadora. Telefónica ya tiene alguna filial en Holanda y desde allí hace emisiones de bonos, pero ha decidido canalizar la financiación de inversiones desde Irlanda. ¿Por qué? Por el conocimiento del país, según explican las mismas fuentes, porque allí tiene una operadora (O2 Irlanda), por la legislación anglosajona (igual que en Holanda), más rápida y ágil, y porque O2 ya tiene centralizada allí toda su tesorería.
Impuestos al 12,5%
El gran atractivo de Irlanda es su impuesto de sociedades, que está en el 12,5%, cuando en España es el 30%. Eso ha llamado la atención de multitud de empresas y también ha despertado las críticas de otros países europeos al dispararse los problemas de Irlanda.