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Nuevas sanciones económicas

Bruselas rompe con Gadafi pero se resiste a una intervención militar

La Unión Europea dio ayer por finiquitado el régimen de Muamar Gadafi y exigió al líder libio que abandone el poder. Los países europeos, sin embargo, se resisten a una intervención militar para deponerle y se muestran reticentes hacia los autoproclamados líderes de la oposición al coronel.

Gadafi is over", sentenció ayer en Bruselas el ministro portugués de Exteriores, Luis Amado, como si el final del régimen libio fuera el de un videojuego que ha durado 41 años y que desde hace siete contaba entre los socios de la Unión Europea a sus más entusiastas aficionados.

El veredicto de Amado, pronunciado minutos antes de una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros de Exteriores de la UE, resumía la ruptura definitiva de Bruselas con el actual régimen de Trípoli.

El portugués es uno de los pocos gobiernos (junto al griego y el maltés) que todavía mantiene contactos con los enviados diplomáticos de Gadafi. Pero según explicó Amado, solo ha sido para comunicarles que para Europa el gobierno del coronel ya es historia. "El mensaje en el que todos estamos de acuerdo es que Gadafi tiene que dejar el poder", señaló la ministra española, Trinidad Jiménez, al término de la reunión del Consejo. "No hay ningún escenario que contemple su continuidad", añadió. Tras esa unanimidad, sin embargo, emergieron las diferencias sobre las medidas que puede adoptar la Unión Europea y la OTAN para desalojar de Trípoli a Gadafi y sus aliados.

La OTAN acuerda aumentar la presencia militar en la zona

Los autoproclamados líderes de la oposición libia reclaman a Occidente una intervención militar. Pero la mayoría de los países europeos ni se fían de esos interlocutores ni tienen seguridad de que una ofensiva occidental no empeore la situación. Jiménez subrayó que las decisiones de carácter militar solo pueden tomarse tras analizar las consecuencias para la población libia y con el impulso o apoyo de la Liga Árabe y la Unión Africana.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, tras reunirse con los ministros de Defensa de la Alianza, también consideró que la intervención de la Alianza requiere "un fuerte apoyo condicional". Pero advirtió que "no creo que la comunidad internacional vaya a permanecer pasiva si Gadafi continúa bombardeando a su población". Ayer mismo, la Alianza acordó aumentar su presencia militar en la zona. La UE, mientras tanto, intensificó sus sanciones económicas contra Gadafi con una orden de embargo (que se publicará hoy en el Boletín Oficial) contra los instrumentos financieros del régimen, como su fondo soberano.

Francia se desmarca de la UE y reconoce a los rebeldes

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, sorprendió ayer a sus socios comunitarios al recibir en el Elíseo a representantes de los rebeldes libios y enviar a Bengasi una delegación diplomática francesa. El movimiento unilateral francés de reconocimiento del llamado Consejo Nacional contrastó con la prudencia que ayer mantenía todavía Washington y las principales capitales europeas en cuanto a sus relaciones con los rebeldes.Trinidad Jiménez, ministra española de Exteriores, calificó en Bruselas de "prematuro" el reconocimiento de nuevos interlocutores. La ministra recordó que España ya entró el pasado sábado en contacto con los opositores a Gadafi en la provincia Cirenaica del país, pero rechazó dar nuevos pasos en estos momentos. En la misma línea se expresaron otros ministros, como el del Reino Unido.

Moncloa y Marruecos

José Luis Rodríguez Zapatero acogió ayer "positivamente" las reformas constitucionales anunciadas por el rey Mohamed VI de Marruecos. Zapatero y el resto de líderes de la zona euro tratarán hoy su relación con el norte de África, además del pacto de competitividad.

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