Occidente tiembla por la elevada factura económica del conflicto libio
La creciente tensión en Libia, que a diferencia de Túnez y Egipto es un importante productor mundial de petróleo, hace temer a medio mundo por las consecuencias que puede tener este conflicto sobre la economía. Importantes multinacionales ya han anunciado la repatriación de sus empleados y, lo peor, un recorte en la producción de crudo.
La mecha se inició en Túnez. Después prendió Egipto derivando en problemas en el tráfico marítimo del Canal de Suez. Y ahora el contagio llega a Libia. Un país que bombea 1,6 millones de barriles de petróleo al día, lo que equivale al 8% del consumo de una nación como EE UU. Las revueltas populares contra el régimen de Muamar Gadafi en demanda de mayor democracia han hecho mella, y de qué manera, en la cotización del Brent, que ayer llegó a tocar los 108 dólares por barril, parar cerrar luego en 105,74, un 3,14% más. Se trata del nivel más alto desde septiembre de 2008. Desde agosto pasado, cuando se inició la última tendencia alcista ante la inminencia del cambio de estación, el crudo se ha revalorizado un 45% llevando el precio de los carburantes a máximos históricos en todo el mundo.
El precio del oro negro fue uno de los primeros resortes que se movió cuando comenzaron las revueltas en Oriente Próximo, en enero pasado. Las protestas en Libia no han hecho otra cosa que acelerar su espiral alcista. Es más, el crudo ha aumentado más de un 3% en apenas dos días desde que el hijo del dictador Gadafi, Saif El Islam, amenazase este fin de semana a la población con la posibilidad de que se desencadenase una guerra civil "peor que en Yugoslavia". El discurso del mayor de los hijos del mandatario disparó las alarmas en un país que ocupa la octava posición mundial de productores de petróleo.
Un mensaje que además nubló de un plumazo la posibilidad de que la situación mejore a corto plazo, lo que provoca que los futuros sobre el Brent también se disparen, encadenando así cinco jornadas consecutivas de escalada. La agencia Fitch rebajó la calificación de la solvencia crediticia de Libia de BBB+ a BBB y la situó bajo vigilancia negativa.
De continuar esta tendencia, los costes económicos para empresas y Estados de todo el mundo se multiplicarán, según sea su grado de dependencia de esta materia prima. Solo para España, paradigma de país muy dependiente del petróleo, el encarecimiento del crudo en 2010 costó unos 6.000 millones de euros, el equivalente a toda la inversión del sector público en I+D+i, según admitió ayer el ministro de Industria, Miguel Sebastián. Para la UE, la crisis de Libia es un asunto de primera magnitud, dadas sus consecuencias económicas y los efectos sobre la lucha contra la inmigración ilegal. Y mientras ayer se sucedían las condenas desde todos los rincones del planeta por la dura represión aplicada a los manifestantes en Libia, Reino Unido sorprendió a media tarde con el anuncio de que Gadafi podría haber abandonado el país rumbo a Venezuela, extremo éste que fue poco después desmentido por el Gobierno de Chávez.
Represión con bombardeos
Por su parte, el ministro libio de Justicia, Mustafa Abdeljalil, dimitió de su cargo "para protestar contra el uso excesivo de la fuerza" contra los manifestantes desarmados, según informó el diario Quryna en su edición digital.
Esta dimisión es la primera de un miembro de tan alto rango del Gobierno libio desde el comienzo, el martes pasado, del movimiento de protestas para reclamar la caída de Gadafi. Anteriormente, presentaron su renuncia el embajador libio en la India y el representante libio ante la Liga Árabe.
Entretanto, continúan produciéndose víctimas en los altercados, aunque no existe cifra oficial de muertos. Varias ciudades del este parecen estar ya bajo el control de la oposición al régimen. La cadena árabe Al Yazira anunció la muerte de 250 personas que habrían sido objeto de bombardeos aéreos militares sobre los manifestantes.
Empresas repatrían a sustrabajadores
Varias multinacionales que llevan a cabo perforaciones petrolíferas en el país norteafricano comenzaron ayer, primero a reducir su actividad, y luego a evacuar a sus trabajadores. El primero fue el gigante BP, que anunció la suspensión de sus actividades exploratorias para la extracción de gas y petróleo. Luego se unió la austriaca OMV que, además, anunció que va a iniciar la repatriación de sus trabajadores. Total, Eni, Shell, Gazprom, Statoil y la unidad gasista de Basf, Wintershall, también iniciaron los trámites para repatriar a sus empleados.Por su parte, la española Repsol empezó por la tarde a evacuar a parte de su plantilla allí destinada (cerca de 70 personas). Desde la compañía se limitaron a señalar que la prioridad es garantizar la "seguridad" de sus trabajadores.Otras empresas españolas presentes en el país, que ejecutaban contratos adjudicados entre 2007 y 2010, son Bruesa, Sacyr Vallehermoso, OHL, Secopsa y Pycsa Infraestructuras.
Asilo político
Dos cazas de la Fuerza Aérea libia aterrizaron ayer en el aeropuerto internacional de Malta, según informaron a Efe fuentes próximas al Gobierno maltés. A bordo viajaban dos coroneles de la Fuerza Área libia que han solicitado "asilo político" por la incierta situación de su país.