La crisis en Oriente Próximo desbanca violentamente al Ibex de los 11.000
La revolución que recorre el norte de África y Oriente Próximo tiene su cenit ahora en Libia, lo que ha disparado el crudo a niveles de hace dos años y medio. Estas tensiones se unieron ayer a las dudas sobre la deuda pública y la banca, tiñendo de rojo los parqués europeos y desbancando con fuerza (-2,33%) al Ibex de los 11.000 en una jornada huérfana de Wall Street.
Los mercados observan con inquietud y nerviosismo la oleada de protestas ciudadanas prodemocráticas que recorre el Norte de África. La inestabilidad desatada en Libia, y la dura represión ejercida por el régimen de Muamar Gadafi -causando, al menos, 230 muertes- han demostrado que lo que comenzara en Túnez no concluyó en Egipto. Como consecuencia, el petróleo se ha situado ya en su cota más alta desde hace dos años y medio, con el barril de Brent superando los 105 dólares (llegó a tocar los 108 dólares). El temor a que el polvorín revolucionario se extienda a Oriente Próximo, cuna del oro negro, tiñó ayer de rojo los parqués de Europa.
El Ibex fue uno de los principales afectados de la sesión. Tras lograr cerrar la semana pasada por encima de la barrera psicológica de los 11.000 puntos -pese a la caída del 0,40% del viernes-, el índice sufrió ayer su peor jornada desde el rescate de Irlanda. El selectivo se dejó un 2,33%, con lo que cerró la sesión en los 10.810,5 puntos. Todo el panel del Ibex quedó en negativo, con la especial incidencia de la caída de los grandes valores. Santander perdió un 3,29%; BBVA, un 2,99%; Telefónica, un 1,14% y Repsol, un 2,58%. La petrolera es una de las compañías más directamente afectadas por la crisis libia, dado que extrae de allí en torno al 4% de su producción.
"Los factores que influyen en la caída son varios. La tensión en los países árabes ha elevado el precio del crudo, lo que por un lado encarece las materias primas, y por otro, empuja a la inflación", explica Nuria Álvarez, de Renta 4. "La posibilidad de que esto termine llevando a los bancos centrales a elevar los tipos de interés no está gustando al mercado", prosigue. Paralelamente, añade, la Bolsa española sigue pendiente de la reestructuración del sistema financiero y ahora que se conocen los detalles de la operación "los inversores han aprovechado para recoger los beneficios" de las últimas subidas.
El selectivo pierde un 2,33% en su peor jornada desde la caída de Irlanda
Pérdidas en toda Europa
Las caídas bursátiles, no obstante, fueron generalizadas en todo el Viejo Continente. La peor parte fue para Milán, que se dejó el 3,59%. Londres perdió un 1,12%; París, un 1,44% y Fráncfort, un 1,41%. La volatilidad que desprende el levantamiento de los pueblos árabes no estuvo, además, compensada por el aplomo de Wall Street. Aunque las jornadas en las que Nueva York cierra suelen ser tranquilas y alcistas en Europa, los índices europeos echaron de menos un empujón desde EE UU, que celebraba la festividad del día del presidente.
La revolución en Libia desvió, por otra parte, el foco de tensiones que repuntó el viernes en torno a la deuda soberana europea. Lo que no significa que la presión se rebajara, sino que su aumento se moderó. Portugal, que sigue siendo la pieza más vulnerable ante los rumores de un posible rescate por parte de la UE, veía como su prima de riesgo pasaba de los 423 puntos básicos del viernes a los 426, ayer. El tipo de interés que se paga en el mercado secundario por el bono luso a 10 años se situaba en el 7,45%, cercano a máximos históricos. Una cota peligrosa, además, teniendo en cuenta que Grecia e Irlanda solo aguantaron unas semanas por encima del 7% de rentabilidad.
Por su parte, el diferencial entre el bono español y el alemán subió de 212 a 217 puntos básicos. Un incremento debido más a la mejora de la situación de los títulos germanos, refugio tradicional ante las turbulencias, que a un empeoramiento de la marca España. La subasta de deuda que celebra hoy el Tesoro será una muestra fiable sobre cuál es el ánimo de los inversores.
Suben los CDS de deuda de Grecia, Portugal y España
La inestabilidad política y la confusión generada por las revueltas árabes está elevando la percepción de riesgo del mercado. Los CDS (credit default swap), contratos de cobertura de impagos, de deuda a cinco años de Grecia, Portugal y España cotizaron ayer al alza. Los CDS se situaron en 915,6 puntos en Grecia, el segundo más alto del mundo por detrás de Venezuela, 468 puntos en Portugal y 253,9 en España. Esto significa que, para cubrir una emisión de 10.000 euros de bonos españoles a cinco años, hay que pagar 253,9 euros.Los países árabes sobre los que se negocian CDS también experimentaron incrementos notables. Fue el caso de Dubái (412,2 puntos) y Catar (112,9).
Los otros focos de tensión
EURO El euro retrocedió ayer un 0,19% después de tres días seguidos al alza y se cruzó a 1,3667 dólares por unidad. La crisis en los países árabes repercutió en el yen, que frenó una senda bajista de seis semanas y se cruzó a 113,8 unidades por dólar. Es solo un 0,1%, pero es un giro de tendencia. Por otra parte, el yuan alcanzó el precio más alto en 17 años, 6,5697 unidades por dólar, ante las especulaciones de que Pekín dejará que la moneda se aprecie para atajar la inflación.ORO El tipo de cambio del metal precioso volvió a subir ayer y franqueó la barrera de los 1.400 dólares por onza, acercándose así a su máximo histórico. La tensión geopolítica ha devuelto al oro su carácter de valor refugio ante momentos de inestabilidad. La moneda se ha apreciado un 3,7%, después de seis días seguidos al alza.DEUDA El Tesoro español hará hoy una subasta de letras con vencimiento a tres y seis meses. El objetivo es recaudar al menos 2.500 millones de euros y un máximo de 3.500 millones. Las últimas colocaciones se hicieron en enero pasado a un interés marginal del 0,995% en la deuda a tres meses y del 1,828% en seis meses. La crisis de deuda periférica remite. El BCE, según los datos publicados ayer, solo invirtió 500 millones la semana pasada en comprar activos de deuda. El volumen total desde mayo del año pasado asciende a 77.000 millones de euros.