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Columna
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Deustche Bank mantiene el tipo

Las revisiones de previsiones de resultados hechas con nocturnidad suponen usualmente malas noticias. Así, fue mal recibido, el lunes, el aviso de Deutsche Bank de que sus beneficios antes de impuestos del cuarto trimestre serán un 40% inferior a lo anunciado. Sin embargo, los fuertes ingresos del banco alemán sugieren que el negocio está saneado. Al ajustar ahora los costes excepcionales de una sola vez, Deutsche quizá tenga más cercano el objetivo de alcanzar un beneficio de 10.000 millones de euros este año.

La dirección de la entidad parece explotar un cuarto trimestre extraordinario para desaguar costes excepcionales. Los gastos no financieros de 6.300 millones de euros son unos 700 millones superiores a lo esperado. El banco achaca la mayoría de los sobrecostes a la adquisición de Postbank, el banco comercial del grupo, y la integración del gestor de patrimonios Sal-Oppenheim. Pero asumir el golpe ahora contribuirá a obtener las cifras previstas para 2011.

Es importante, porque Josef Ackermann ha señalado que este año alcanzará los 10.000 millones de beneficios antes de impuestos. Si Ackermann es capaz de superar el escepticismo de los inversores y anotarse el objetivo, quizá incluso dimita antes de que su contrato expire en mayo de 2013.

Los ingresos del banco han probado su robusted. Los 7.400 millones del trimestre, por encima de las previsiones, parecen justificar los esfuerzos de Ackermann para ganar cuota de mercado a expensas de sus rivales más débiles. En particular, el banco parece haber evitado el desgaste en renta fija sufrido por los bancos de Wall Street. Los números también sugieren un buen comportamiento en asesoramiento y suscripción, en los que se ha mostrado históricamente débil.

Sin embargo, el objetivo de Ackermann está lejano. Antes del anuncio del lunes, los analistas apuntaban un beneficio de 8.300 millones para 2011. Las nuevas regulaciones de capital empiezan a notarse. Además, Deutsche no puede ir contra la tendencia de la industria por tiempo indefinido.

La leve subida de Deutsche en Bolsa ayer confirma que su warning no son malas noticias. Sin embargo, también puede sugerir que, aunque el objetivo de Ackermann está más cerca, los inversores siguen escépticos de que se pueda alcanzar.

Margaret Doyle

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