Davos sale al rescate de la 'eurodeuda'
La crisis de la eurozona puede estar cerca de su fin. En el Foro Económico Mundial de Davos, los diseñadores de políticas son optimistas con que un acuerdo global se pueda formular en las próximas semanas. De ser así, la fase caliente de la crisis podría haber pasado e incluso Grecia tendría una oportunidad para salir del atolladero.
Todavía no hay acuerdo, pero las estrellas se están alineando. Alemania se ha dado cuenta de que tiene mucho interés en que la moneda única se mantenga -y hará todo lo necesario para que eso suceda-. Las naciones periféricas también parecen dispuestas a ir más lejos dando a Berlín la suficiente cobertura para vender más ayuda al pueblo alemán.
La negociación básica implicaría unas condiciones más favorables en los préstamos a los países endeudados, especialmente a Grecia, ceñida por rígidas promesas para no incurrir en deudas en el futuro. Los países están discutiendo algún tipo de freno de la deuda, una disposición presente en la Constitución alemana que obliga a equilibrar su presupuesto a medio plazo. Tal negación de sí mismos podría ser un mecanismo saludable a adoptar por todos los países.
Mientras tanto, se podrían hacer dos cambios para que la carga de deuda de Grecia sea más soportable. El primero, volver a comprar trozos de su deuda en el mercado secundario con un descuento y pasar el beneficio a Atenas. Si, por ejemplo, una cuarta parte de su deuda pudiera ser adquirida con una rebaja del 20%, el tipo máximo se recortaría en 8 puntos. No es gran cosa, pero es útil. Más importante aún es la idea de reducir el tipo de interés. Si el país fuera capaz de financiarse por debajo del 5%, el pago del interés anual se situaría por debajo del 8% del PIB.
Incluso con este paquete, Grecia tiene aún cuesta arriba el aumento de su competitividad. Todavía debe impulsar medidas agresivas para hacer frente a una evasión fiscal rampante. Y todavía hay que castigar a los que han saqueado las arcas públicas en los últimos años.
También es importante evitar que caigan más fichas de dominó, especialmente España. Madrid tuvo una oportunidad de oro la semana pasada para marcar los límites con la presentación de su solución integral para las cajas de ahorros en apuros. La desperdiciaron diciendo que se necesita un tope de 20.000 millones euros -cifra significativamente menor que el consenso del mercado-. Pero no es demasiado tarde para remedar el error. Los socios de España en la eurozona deberían presionar para dejar muy claro que hay más dinero si lo necesita.
Por Hugo Dixon