La zona euro se pertrecha contra la especulación
El fondo de rescate se transforma en mecanismo para intervenir en el mercado
La zona euro improvisó el pasado mes de mayo el rescate de Grecia. A continuación, levantó un fondo de rescate provisional que, muy a su pesar, Irlanda estrenó en diciembre. Y ahora prepara, con calma pero sin pausa, un mecanismo llamado a convertirse en el primer fondo de estabilización de la Unión Monetaria y, tal vez, en el embrión del futuro Tesoro europeo.
Este nuevo silo contará con una capacidad prácticamente ilimitada para intervenir en los mercados financieros tan pronto como se detecten anomalías en la formación del precio de la deuda soberana de alguno de los socios del euro. Los modelos de intervención están siendo analizados en estos momentos por expertos de la Comisión Europea y de los 17 países que comparten divisa. Y las propuestas podrían elevarse a los líderes europeos para su ratificación en la cumbre que se celebrará en Bruselas el 24 y 25 de marzo.
Los documentos de trabajo de esos expertos a los que ha tenido acceso CincoDías fijan como objetivo prioritario dotar al Mecanismo Europeo de Estabilización (MEE) "de una capacidad de financiación suficientemente grande para garantizar su credibilidad ante los mercados". Y en cuanto a sus potestades, se indica que el MEE "debería poder ir más allá de la simple captación de fondos en el mercado y su préstamo a los países en dificultades".
Ambos objetivos emanan, en gran parte, de las carencias detectadas en el fondo actual. Su dotación teórica de 440.000 millones de euros se ha visto mermada hasta poco más de 275.000 millones debido a las garantías necesarias para lograr la máxima calificación crediticia de sus emisiones. La rebaja ha alimentado las dudas de los inversores sobre su capacidad para atajar el contagio de la crisis de la deuda soberana.
El diseño de ese fondo, inspirado por Berlín, también carece de agilidad para intervenir de manera preventiva. Y está concebido como un instrumento de último recurso, más punitivo que solidario con el país demandante.
El futuro fondo, en cambio, aspira a convertirse en una estructura mucho más poderosa y flexible, a juzgar por los parámetros de la negociación en marcha.
El nuevo instrumento intentará mantener la triple A de las agencias de calificación sin reducir su capacidad de intervención. Para lograrlo, los expertos estudian aumentar sus reservas monetarias mediante una contribución en efectivo de los socios; la absorción de la reserva acumulada por el fondo actual (alrededor de 4.000 millones de euros si tras Irlanda no acomete nuevos rescates), y la imposición de una tasa al sector financiero.
El MEE también podría afianzar su calificación con una aval conjunto de sus emisiones por parte de los socios del euro (el aval actual es bilateral) o mediante un aumento de los avales aportados por los seis socios que gozan de triple A (Alemania, Francia, Holanda, Austria, Finlandia y Luxemburgo). Además, el MEE podría ser reconocido por el Banco Central Europeo como institución financiera, lo que permitiría acceder de manera directa a su liquidez.
Todo un arsenal para que la zona euro tome la iniciativa en una guerra contra la especulación que el año pasado parecía a punto de perder.
Armas para una guerra preventiva
1. El fondo provisional de rescate (que expira en junio de 2013) solo dispone de un arma básica para intervenir en el mercado: la emisión de deuda con avales bilaterales de los socios del euro y el préstamo de lo recaudado al país que ha solicitado su ayuda.
2. El futuro fondo contará con instrumentos mucho más sofisticados, según las opciones que barajan en estos momentos los funcionarios europeos que preparan su diseño.3. Préstamos. El Mecanismo Europeo de Estabilización, que así se denominará el futuro fondo permanente, podría realizar préstamos directos a los países.
4. Adquisición de deuda. El MEE podría comprometerse a adquirir total o parcialmente las emisiones de un país al que los inversores exigen un tipo de interés insostenible.
5. Recompra de bonos. Los países en situación fiscal comprometida podrían utilizar la financiación del MEE para adquirir en el mercado secundario sus propios bonos devaluados, liberándose gracias al descuento que ofrece el mercado sobre el nominal del bono, de afrontar una redención al 100% de su antigua deuda.6. Swaps. Otra posibilidad manejada por los expertos comunitarios sería la de que el MEE comprase en el mercado secundario los bonos del país que necesita ayuda para cambiárselos después al emisor por nuevos títulos (swaps), lo que también reduciría su exposición al mercado.7. Avales. Se trata de una variante de los swaps, en la que las nuevas emisiones del país ayudado utilizarán como colateral bonos emitidos por el MEE. .
8. Créditos. El MME podría ofrecer créditos blandos a los países que, aun cumpliendo las normas fiscales de la zona euro, sufran turbulencias en los mercados de deuda soberana. Se trata de una de las propuestas más polémicas y Alemania no parece dispuesta a aceptarla por temor a relajar la disciplina fiscal.
9. Reestructuración de la deuda. El fondo actual no contempla esa posibilidad. Pero el permanente sí que la incluirá para los países declarados insolventes, aunque nunca a priori y siempre según práctica habitual del Fondo Monetario Internacional.
50.000 millones de la banca
Entre las propuestas que se barajan para dotar de poderosos recursos al fondo de rescate de la zona euro figura un gravamen del 0,2% aplicable una sola vez sobre los activos de las entidades financieras. Bruselas calcula que la tasa permitiría recaudar unos 50.000 millones de euros. Y la considera justificada porque la crisis ha demostrado que el rescate de los bancos acaba lastrando las cuentas del Estado.