EE UU somete a su banca a test de estrés que no serán públicos
La gran banca de EE UU se somete esta semana a una nueva ronda de test de estrés que tienen como objetivo permitir a las autoridades saber si las 19 entidades escrutadas pueden elevar sus dividendos sin perjudicar su salud financiera. Los resultados no serán públicos.
La segunda ronda de pruebas de estrés a la banca de EE UU que se anunció hace unos meses comienza esta semana cuando 19 instituciones presenten a la Reserva Federal (Fed) datos sobre cómo podrían afrontar dos nuevos escenarios de crisis. En el más duro se prevé que el paro se dispare y se produzca un segundo colapso del precio de una vivienda que aún no ha encontrado su suelo en algunas regiones.
A diferencia de las pruebas de estrés a las que se sometió la banca en 2009, en esta ocasión y tras las ayudas recibidas, lo que la Fed trata de dilucidar es si la recuperación de la banca permite volver a una política de compensación a los accionistas y no la mera viabilidad de la institución. También a diferencia de 2009, los resultados de estos exámenes no se harán públicos y la Fed los ha presentado como una nueva rutina en la que será otro factor a considerar el cumplimiento con las nuevas obligaciones de capitalización impuestas por Basilea III.
En Europa, entre tanto los resultados de los exámenes seguirán siendo de dominio público. La UE pondrá en marcha en febrero una oleada de pruebas que analizará, incluso, la liquidez de las entidades.
La gran banca quiere obtener el permiso de las autoridades para recomprar acciones y, en teoría, dar un empujón al alza a su cotización, además de elevar sus dividendos. No obstante, la retribución al accionista solo será posible para los bancos que hayan devuelto el dinero con el que fueron capitalizados.
Las pruebas de estrés llegan en un momento de mejora de las cuentas de las entidades, desde Goldman Sachs a Bank of New York Mellon, pero coinciden con una mayor preocupación por el impacto que la crisis de los embargos puede tener sobre el resultado.
La Fed se apunta fuertes beneficios
Las inversiones en tiempos de crisis han sido beneficiosas para la Fed. Según las cifras provisionales que ayer hizo públicas la autoridad monetaria 2010 se cerró con un beneficio neto de unos 80.900 millones de dólares (unos 62.500 millones de euros) frente a los 53.400 millones del año anterior.El motivo es una mayor rentabilidad de una cartera de inversiones que se ha hecho muy voluminosa después de las adquisiciones hechas durante la crisis financiera para detener el deterioro de un mercado casi seco. Estas adquisiciones de títulos y deuda, muchas de ellas de dudosa calidad, se hicieron a través de programas de ayuda poco ortodoxos que han sido fuertemente criticados por el peligro que pueden suponer para la salud financiera de la propia autoridad monetaria cuando suban los tipos de interés.Los beneficios de la Fed se trasladan al Tesoro, que anotará una transferencia de 78.400 millones. Un 65% más que lo que se recibió en 2009. La Fed nunca ha tenido pérdidas en sus inversiones pero si las tuviera no podría volver a pedir el dinero ya entregado.