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Columna
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Comenzando la remontada

Cómo serán las primeras semanas de los mercados? La tregua de final de año, sin llegar a convertirse en un rally, ha dejado buen sabor de boca con la mayoría de las Bolsas cerca de máximos de dos años. Hay excepciones, algunas muy cercanas. También los últimos datos económicos conocidos han resultado esperanzadores, especialmente en el caso de la economía norteamericana.

Los precios de las materias primas, es cierto que cerca de sus máximos recientes, se han mantenido algo más contenidos. Y los mercados de deuda, dominados en los dos últimos meses entre las tensiones recientes en Estados Unidos (optimismo económico) y la crisis de deuda soberana en Europa (pesimismo), también parecen más calmados. ¿Una calma tensa? Quizás sí, aunque siempre es difícil aventurar el equilibrio a corto plazo entre el miedo y la ambición.

Pero el Banco Central de China sorprendió al mercado la semana pasada al subir sus tipos de interés. Una sorpresa no tanto por la decisión en si como por el momento elegido (25 de diciembre). ¿Una decisión puntual? No lo creo. El repunte de los precios de las materias primas de los últimos meses comienza a afectar a los precios internos, tanto en los países emergentes como a los desarrollados. En los primeros aumenta la presión para subir tipos o aplicar medidas restrictivas monetarias adicionales, como subir el coeficiente de caja a la banca e incluso permitir una mayor apreciación de sus monedas. Todo lo que sea necesario para combatir el riesgo de inflación, de bienes y servicios pero también de activos, ante la pujanza de sus economías. Aunque subir tipos para evitar males mayores, con economías creciendo a ritmos del 9%, no parece tan malo. Mientras, los países desarrollados deben valorar la posibilidad de dar marcha atrás, de forma más rápida a lo esperado, a las medidas de estímulo económico y financiero. Sí, todo parece más complicado ahora. Pero, en el fondo, no es una novedad. ¿No lo ven así?

¿Dónde poner el dinero? Las medidas de tipo cuantitativo por la Fed tenían como objetivo implícito dar un espaldarazo a las Bolsas. Pero, de forma indirecta, también han favorecido la subida de los precios de las materias primas y metales preciosos. La presión del dinero internacional también ha acentuado el interés, muchas veces especulativo, hacia los mercados de países emergentes. Demasiado estrechos para absorber la creciente entrada de capitales del exterior, las autoridades se debaten entre la posibilidad de poner trabas al mercado de capitales con la obligada flexibilidad que piden sus economías cada vez más internacionales. Sin hablar del potencial riesgo de tensiones comerciales, en un mundo donde escasea la demanda final.

¿La deuda pública europea como inversión? Tipos de interés altos, con spread de crédito cerca de máximos históricos desde la creación del euro. ¿Una oportunidad? Puede resultar paradójico que la preocupación en las economías emergentes sobre las consecuencias de un exceso de interés de los inversores internacionales se tornen en franca preocupación en los países europeos ante la posibilidad de que no se renueven los vencimientos de papel durante el año. Nada menos que un billón de euros para la deuda pública, casi una cuarta parte en deuda española. Sí, me temo que cada subasta de deuda será un reto a superar. Lo que no significa que sea un reto imposible. Las propias autoridades europeas, políticas, tienen su particular reto de convencer al mercado sobre la bondad de sus planes económicos y sobre la supervivencia del euro. En caso de que fallen, solo restará el argumento del dinero. Pero el BCE parece que no lo tiene muy claro. Veremos lo que decide el Ecofin en su primera reunión a mediados de mes.

¿Buenas noticias a la vista? Los resultados empresariales del cuarto trimestre prometen ser, de nuevo, mejores de lo esperado. La infraponderación de los activos de riesgo en las carteras de los inversores, institucionales y retail, ofrece suficiente colchón ante los posibles contratiempos que puedan surgir. Si finalmente los hay, partiendo del elevado pesimismo actual. En Europa los Gobiernos más cuestionados conocen perfectamente la gravedad de la situación, ante la desconfianza de los mercados. Y ya todos sabemos que se trata de un problema europeo. También las autoridades alemanas. Un nuevo test de estrés en la banca europea, más transparente y realista, podría ser positivo.

José Luis Martínez Campuzano. Estratega de Citi en España

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