"En España, los fundamentos son sólidos para invertir"
En la primera entrevista desde que asumiera su cargo, la responsable de captación de inversiones del Gobierno destaca los síntomas "esperanzadores" en materia inversora, como el repunte de los proyectos productivos o las "pocas dudas" recibidas sobre la solvencia de España.
Técnica comercial y economista del Estado, María Paz Ramos ha sido subdirectora de Política Comercial y ha desempeñado diversos cargos en legaciones diplomáticas. En septiembre fue nombrada por Miguel Sebastián consejera delegada de Invest in Spain, la entidad pública de promoción de inversión extranjera en España, del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
¿Cómo está afectando la presión sobre la deuda europea a la captación de inversiones extranjeras por parte de España?
El nivel de confianza-país no tiene por qué afectar a las decisiones de inversión a largo plazo. Estas sí se ven influidas por la situación económica en general. Lo fundamental que analizan las empresas son las oportunidades que ofrece un país para hacer negocios. Y los fundamentos en España son y siguen siendo sólidos para invertir. Además, la situación macro es bastante cómoda en relación a Irlanda, Grecia y Portugal.
Pero la situación económica española, con el paro en el 20%, tampoco invita al optimismo...
El 2009 fue un annus horríbilis para los flujos mundiales de inversión directa, que cayeron un 37%. En España descendieron un 60%, en línea con países desarrollados como EE UU o Japón. Los inversores castigaron la incertidumbre española, pero dentro de un marco global. En todo caso, la inversión en nuevos proyectos productivos (greenfields) cayó menos, un 32%. Esa es la más relevante.
¿Cómo son los datos de los que disponen para el año en curso?
Las cifras provisionales, que abarcan hasta el primer semestre, apuntan a un menor descenso. En términos agregados (incluyendo la de las empresas de mera tenencia de valores) estaría entre el 40% y el 50%. Pero también señalan un repunte del 3% en la inversión productiva, lo que apunta a una recuperación de la confianza en la economía española. Seguimos siendo la séptima potencia en stock de capital extranjero, y vamos a mantener esa posición.
¿Y para el próximo año, qué perspectivas manejan?
Si ya es complicado hacer previsiones macroeconómicas, hacerlas sobre inversión es casi imposible, porque las cifras cambian mucho según la fecha en la que se produzcan unas pocas grandes operaciones. Sí diría, en todo caso, que la moderada recuperación del consumo, los planes de ajuste anunciados hasta 2013, la reforma laboral y la recuperación de la economía mundial apuntan a una mejora de la atracción de inversión extranjera directa. Sobre todo, el dato del 3% de crecimiento en greenfields resulta muy esperanzador.
¿El ruido en los mercados de divisas puede influir en las decisiones de inversión?
Mucho menos que en las de exportación e importación, en donde se tocan márgenes. Las inversiones maduran a largo plazo, por lo que las fluctuaciones afectan menos. Por otra parte, una apreciación puede llevar a más costes de implantación, pero también eleva los ingresos potenciales, con lo que los movimientos tienden a compensarse.
¿Qué buscan los inversores extranjeros en España?
Cada vez vienen más atraídos por la tecnología y la innovación. Los costes de personal o de implantación siguen siendo moderados respecto a la UE, pero la atracción no viene tanto por ahí. Lo que valoran más es la seguridad jurídica, los incentivos a la inversión, la cualificación de la mano de obra (España tiene una de las mayores tasas de ingenieros del mundo) y la posibilidad de implantación geográfica diversificada. Y, desde luego, un mercado de más de 40 millones de personas, con fuertes lazos con la UE, Latinoamérica y el norte de África, que nos permiten situarnos como plataforma de negocio.
En cambio, suele haber quejas sobre rigidez laboral o fiscalidad...
Los inversores aún no son conscientes de las ventajas en flexibilidad que aporta la reforma laboral. Acabamos de celebrar una jornada con las empresas implantadas para explicarla y despejar dudas. En cuanto a la fiscalidad, siempre hay quejas porque algunos perciben las inspecciones como una fiscalización del cumplimiento de sus obligaciones. Dicho eso, tenemos una de las menores imposiciones efectivas sobre sociedades de la UE, en torno a un 18%, pero no creo en un mercadeo de tipos impositivos. La inversión que nos interesa atraer no se rige por esos argumentos, sino por los factores estructurales del mercado.