De vuelta a la casilla de salida
Los bancos españoles están de regreso en la casilla de salida. La confianza volvió brevemente a la mayoría del sector después de los test de estrés de julio, pero ahora el mercado muestra otra vez preocupación por la escalada de las pérdidas potenciales y el impacto de las tribulaciones sobre la deuda soberana española. Por otra parte, el Gobierno no tiene dinero disponible para afrontar el problema.
Los mercados mayoristas se verán copados con papel español en la primera mitad del próximo año, cuando el Gobierno y los bancos españoles deben refinanciar bonos valorados en conjunto en 73.000 millones de euros, según Barclays Capital.
Aunque no se puede comparar el sistema financiero español con el irlandés, dada la solvencia de los grandes bancos, el rescate de los bancos irlandeses puede cambiar la percepción de cuánto capital es necesario para proteger a los bancos. El banco central irlandés ha elevado los ratios de core Tier 1 para su bancos hasta el 12%. Los bancos españoles, incluyendo las cajas de ahorros, tienen un Tier 1 global del 8%, según estimaciones del Banco de España. Elevar el ratio hasta el 12% requeriría a los bancos incrementar al menos 77.000 millones, alrededor del 7% del PIB.
Pero a diferencia de Irlanda, los bancos españoles no ha terminado de limpiar todavía sus balances de los malos préstamos inmobiliarios. Aun teniendo en cuenta los 14.500 millones de euros que se han bombeado a las cajas de ahorros hasta el momento, algunas entidades puede que estén poco capitalizadas.
La magnitud de la morosidad de las dos cajas intervenidas por el Banco de España desde 2009 es preocupante, a pesar de su pequeño tamaño. En Cajasur, una auditoría reveló pérdidas de 852 millones en agosto, más de cuatro veces la cifra publicada hasta julio.
El banco central ha pedido a las entidades que aumenten la transparencia en su exposición a la construcción y al sector inmobiliario desde marzo. Otra opción más radical sería la de hacerse cargo de las cajas de ahorros más vulnerables y vender sus activos al mejor postor. Sin embargo, ambas opciones requerirían al Estado proveer más capital, y tendrá que obtener ese dinero en los mercados de deuda.
El fondo de 99.000 millones para reestructuración bancaria (FROB) fue diseñado a tal propósito. Se han usado 12.000 millones hasta el momento. Teniendo en cuenta el aumento del rendimiento de los bonos españoles, la obtención de capital en los mercados podría ser prohibitivo. Pero el Gobierno quizá no tenga otra opción.
Fiona Maharg-Bravo