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Bruselas se cobra la revancha en Dublín

Si no fuera por el sufrimiento de los irlandeses y por el riesgo de contagio al resto de países de la zona euro, la Comisión Europea podría saborear con aire de revancha la petición de ayuda cursada ayer por Dublín.

El organismo europeo, en particular su departamento de Economía, avisó durante años sobre el peligroso recalentamiento económico de la isla, sin que se dieran por aludidos ni el Gobierno irlandés ni el FMI (cuyos 'expertos' también están ahora en la isla dando lecciones de economía).

Los irlandeses prefirieron entregarse a la joy of life (alegría de la vida) alentados por las recetas liberales de organismos como el FMI. Irlanda, se dijo entonces, era el ejemplo a seguir.

Sólo el entonces comisario europeo de Economía, Pedro Solbes, interrumpió el festín a principios de la década pasada, pidiendo al Gobierno del liberal Bertie Ahern y a su ministro Charlie McCreevy que no echasen más leña a la caldera. El alicantino fue abucheado como si fuera un aguafiestas.

Brian Cowen, que también fue ministro de Finanzas con Ahern, recoge ahora los restos de la juerga. E, ironías del destino, el que fuera director general de Economía en la etapa de Solbes, Klaus Regling, preside el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera del que Dublín recibirá la mayor parte de la ayuda internacional (cofinanciada también por la Comisión Europea, el FMI, Reino Unido y Suecia).

Casi nadie ha visto nunca reírse en público a Regling. Pero quizá esta semana, en la soledad de su despacho en Luxemburgo, esboce un rictus de amarga felicidad ante la triste revancha que le toca vivir.

Video: The Corrs, The joy of live.

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