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Tribuna
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Refinanciación empresarial en 2011

Ahora que estamos enfrentando el final de año y que ya muchos estamos pensando en el próximo, es un buen momento de reflexionar sobre cómo puede influir la situación del sistema financiero en el día a día de las empresas.

La situación de partida es que la mayoría de las empresas han conseguido refinanciar su deuda en los últimos meses, aunque haya sido muy complejo, porque las entidades financieras han querido contener su morosidad a toda costa. Esto ha contribuido definitivamente a que no hubiese muchos más concursos de acreedores de los que se han producido y así evitar una hecatombe empresarial.

Pero en el año 2011 nos vamos a enfrentar a un escenario financiero distinto, donde las reglas del juego están cambiando debido a los problemas del sistema financiero español: la calidad de los activos de sus balances, los problemas de imagen de España como país, la reducción de los márgenes, los vencimientos de la deuda, la guerra por el pasivo y el incremento de la morosidad. Para solucionar esta situación, además se han fusionado muchas cajas de ahorros en un proceso que en muchos casos solo será el principio de la reestructuración.

Y en medio de esta tormenta dentro del sistema financiero español, muchas empresas van a necesitar refinanciarse de nuevo en el año 2011 porque no están cumpliendo sus planes de negocio. Por ello, tienen problemas importantes de liquidez y están al borde del concurso de acreedores. Es decir, están como hace unos meses y se van a tener que refinanciar de nuevo para ser viables.

La pregunta clave para estas empresas es ¿se van a poder volver a refinanciar en el año 2011? La respuesta, a diferencia de lo vivido hasta ahora, va a ser negativa en muchos casos porque los procesos van a ser más complicados que en años anteriores por tres motivos. Por un lado, los problemas internos de las entidades financieras anteriormente comentados. Por otro, la mayoría de las empresas ya pusieron todas sus garantías en la primera refinanciación con lo que ahora no tienen activos para ofrecer y, por tanto, tienen poco poder de negociación. Y en tercer lugar, y aunque depende mucho de cada caso y sector, la credibilidad de la empresa que ha incumplido una vez su plan de negocio sale parcialmente debilitada.

Ante esta situación, las empresas tendrán que diseñar un plan B contando mucho menos con la liquidez de las entidades financieras y buscando fórmulas creativas para conseguir liquidez. Algunas ideas para introducir en este plan son la mejora de sus estrategias de optimización de circulante y el refuerzo de sus balances mediante ampliaciones de capital o desinversión de activos.

Eduardo Navarro. Presidente de Improven y autor del libro ¿Quieres salvar tu empresa?

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