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Las políticas de los bancos centrales
Columna
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La Reserva Federal vuelve a actuar

José Carlos Díez

El Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal (Fed) ha vuelto a tomar otra medida histórica. Han acordado monetizar otros 600.000 millones de dólares de deuda pública hasta junio de 2011. ¿Qué justifica ésta decisión? En su comunicado confirman que la economía está en una senda de recuperación, pero mucha más lenta de lo previsto y no suficiente para reducir el desempleo.

La tasa de paro ha repuntado hasta el 10% pero en los años ochenta ya llegó a ese nivel. Sin embargo, la duración media del desempleo está en 25 semanas, muy por encima de recesiones anteriores dónde aumentaba hasta 10 semanas. Esto tiene desconcertada a la sociedad americana, explica el castigo que han sufrido los demócratas en las elecciones legislativas del pasado martes y fuerza a la Reserva Federal a actuar. La duda es si este plan es efectivo y para ello siempre es conveniente hacer un análisis de coste-beneficio.

La Fed ha más que doblado su balance desde que comenzó la crisis y la mayoría de las críticas es que hay riesgo de sufrir una espiral inflacionista. Estas críticas están basadas en la convención de que variaciones del dinero en circulación se traducen en variaciones proporcionales del nivel de precios. Eso se produce sí y sólo sí la velocidad de circulación del dinero es estable y la realidad es que desde 2006 la velocidad se ha desplomado, algo que también sucedió en 1929, y gracias a la actuación de la Fed en 2008 el mundo no ha entrado en deflación. Por lo tanto, en ausencia de una recuperación intensa de la actividad y un repunte significativo de la velocidad de circulación del dinero, los temores inflacionistas no tienen mucho fundamento.

La crítica más fundada que está recibiendo la Reserva Federal son si la medida va a conseguir su objetivo de reactivar el empleo y yo me incluyo entre los que piensan que no. La Fed se enfrenta a una trampa de liquidez bancaria de manual. Todo el aumento del balance le vuelve como exceso de reservas de los bancos por lo que el dinero no llega a empresas y familias y eso impide que se reactive la demanda de vivienda y la creación de empleo, como sucedía en recuperaciones anteriores.

En su primera actuación de 2008 la Fed también recibió muchas críticas pero su intervención era absolutamente necesaria y los que criticaban reconocen sus méritos. La deflación de activos era desproporcionada, los bancos se descapitalizaban día a día y el mundo se dirigía a la depresión. La Fed consiguió, mediante la monetización de deuda, sobre todo titulizaciones, saltarse la trampa de la liquidez y estabilizar los mercados financieros, factor determinante para permitir que finalizase la recesión y la destrucción de empleo en el verano de 2009. La duda es que ahora los precios de los activos se han estabilizado y los tipos de largo plazo de la deuda pública están por debajo del 3% por lo que no justifican una intervención de urgencia.

En este escenario lo que impide la recuperación es el racionamiento de crédito a empresas y familias y es difícil justificar con evidencia empírica y fundamentos teóricos los vasos comunicantes entre la compra de deuda pública y la oferta de crédito.

Cómo decía un clásico banquero central "puedes llevar al caballo al abrevadero pero no puedes obligarle a beber" Puedes bajar los tipos a cero e inundar el sistema de liquidez pero si la demanda de crédito es débil y, como es el caso actual, los bancos son reacios a prestar no conseguirás tu objetivo. Lo que tiene que hacer la Fed es preguntarse por qué los bancos son reacios a prestar y eso tiene que ver con sus enormes vencimientos de deuda que tienen que afrontar en los próximos dos años, sus dificultades para refinanciar esos vencimientos, su elevada morosidad y su débil capitalización y para desatascar esto no parece que la medida más eficaz sea monetizar deuda pública.

Además la deuda pública americana se aleja cada día de su senda de estabilidad. Ahora una Casa Blanca demócrata y un Congreso republicano son una buena combinación para iniciar un plan de consolidación presupuestaria y eso tendrá un impacto negativo sobre la actividad y el empleo. Durante el proceso de consolidación, como estamos viendo en Europa, se pueden producir episodios de inestabilidad financiera y en esos momentos es posible que la Reserva Federal se arrepienta de haber malgastado los escasos cartuchos que le quedan.

José Carlos Díez. Economista jefe de Intermoney

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