Hacia el fin del monopolio de BME
Europa entera dispone de mecanismos que permiten la libre concurrencia en la operativa bursátil desde que entró en vigor la directiva Mifid, en 2007. Pero España acumula un retraso considerable en la aplicación en esta materia, aunque los últimos obstáculos que mantienen el monopolio de Bolsas y Mercados Españoles (BME) están a punto de sucumbir. Tras la orden ministerial de julio, BME debe aprobar las circulares y reglamentos de aplicación, y el plazo establecido termina en noviembre. El sistema actual establece la obligación de asignar una referencia de registro a cada operación, un complicado código de hasta 15 caracteres, que sólo emite Iberclear (controlado por BME), para seguir el rastro de cada operación.
Aunque es un sistema ultraseguro de supervisión de la operativa, comienza a ser una reliquia que sólo conserva España, frente a los sistemas de saldos agregados utilizados en Europa, y que el BCE quiere unificar. Los cambios han logrado abrir el mercado en varios países, convirtiéndolo en un negocio competitivo en el que las plataformas alternativas han arrebatado cerca del 30% del negocio a las empresas bursátiles tradicionales. Tarifas más competitivas y mayor agilidad en la operativa deben ampliar el negocio de la renta variable en España, sin que suponga un menoscabo de la seguridad.