Londres presenta su mayor recorte fiscal para "asegurar que el trabajo rinda"
El Gobierno de David Cameron presentó ayer el mayor recorte presupuestario de Reino Unido, con el que pretende dividir por cinco el déficit público en cinco años. El plan incluye una drástica rebaja de las ayudas sociales y la supresión de medio millón de plazas funcionariales.
Implantaremos la mayor reforma del Estado del Bienestar en la Historia para asegurar que trabajar rinda". Esa frase centralizó ayer el discurso ante la Cámara de Representantes del Ministro de Economía británico, George Osborne, en el que defendió el plan de recorte fiscal a cinco años del Gobierno de coalición presidido por David Cameron. Con una rebaja media del 19% en los presupuestos ministeriales entre el momento actual y 2015, Londres plantea "recolocar los servicios públicos y el Estado del Bienestar en una senda sostenible".
El Ejecutivo no ha dudado en destacar la responsabilidad del anterior gobierno laborista de Gordon Brown en un déficit presupuestario que cerró el último ejercicio en el 10,1% del PIB, el peor resultado en tiempos de paz. El plan anunciado debería servir para "eliminar el déficit estructural", y limitar el desajuste al 2,1% dentro de cinco años. En un documento de más de cien páginas publicado ayer, Downing Street señala como principal baza el recorte de 7.000 millones de libras (unos 10.000 millones de euros) anuales en ayudas sociales, a lo que ayudará la instauración de un tope por el que "un hogar sin empleo no podrá recibir en beneficios sociales más de lo que gana una familia media por ir a trabajar".
Recorte funcionarial
La otra gran pata del recorte de gasto afecta a la función pública, en la que se prevé suprimir 490.000 plazas en los cinco años de duración del plan, fundamentalmente restringiendo los reemplazos. Asimismo, la edad de jubilación se elevará progresivamente hasta los 66 años a partir de 2018. Según los planes presentados ayer, los pagos por intereses de la deuda pública se reducirán en más de 5.000 millones entre el momento actual y 2015.
Entre las prioridades presupuestarias, Osborne destacó la atribución de una mayor responsabilidad fiscal a los entes locales y el incremento del gasto en investigación y desarrollo. El portavoz del Tesoro de la oposición laborista, Alan Johnson, afirmó que el de ayer "es el día en el que las hojas de cálculo se volvieron contra los empleos y el futuro de las personas". La consultora KPMG, por su parte, cree que las previsiones de crecimiento del PIB en las que se basa el plan (partiendo del 2,25% para el próximo ejercicio) son demasiado optimistas.
Un impuesto para los bancos que no les empuje a marcharse
El Gobierno de coalición conservador-liberal presentará hoy otra de sus grandes apuestas fiscales: la instauración de un nuevo impuesto sobre las entidades financieras. Según explicó ayer Osborne, el titular de Economía más joven en más de un siglo, Downing Street no quiere "ni que los bancos escapen de realizar su justa contribución a la resolución de la crisis financiera, ni que se vayan al extranjero por la mayor tributación instaurada". Así, el Gobierno pretende "extraer los mayores ingresos fiscales posibles de forma sostenible, no solo en un año, sino durante un periodo de años". Durante la publicación del primer esbozo presupuestario, el pasado 22 de junio, Osborne afirmó que pretendía recaudar más de 2.000 millones de libras anuales mediante un impuesto sobre los balances bancarios, informa Bloomberg.
La cifra
10,1% es el déficit público de Reino Unido en el año fiscal 2009-2010, en porcentaje del PIB. El Gobierno espera recortarlo al 2,1% en cuatro años.