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Tribuna
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Investigar y crecer

Aunque los niveles de formación de los profesionales españoles están por encima de la media europea y la utilización de la tecnología informática se ha generalizado, la famosa frase de Unamuno "que inventen ellos" sigue plenamente vigente en el sector de la tecnología de software. España sigue a la cola de Europa en inversión en I+D y su consecuencia es una enorme debilidad que se hace más patente en tiempos de crisis. Somos simples usuarios de la tecnología que fabrican otros y estamos a merced de los vaivenes de los mercados.

La globalización de los mercados, la mayor competencia y las tensiones económicas exigen a las empresas adaptarse a los cambios de su entorno, poniendo el foco en la eficiencia empresarial que mejore los resultados económicos, el producto y servicio al menor coste. Este objetivo sólo se consigue cuando se dispone de Sistemas de Información (ERP) que posibilitan y canalizan los cambios empresariales.

¿Cuál es la situación de los ERP españoles? Hasta hace poco disponíamos de una amplia oferta de software ERP desarrollado en España. Ahora, las empresas necesitan un ERP más potente y con niveles de servicio garantizado. Además, la evolución tecnológica requiere grandes inversiones y hace desaparecer de forma natural el software que no evoluciona.

En esta situación, es lógica la desaparición de los pequeños fabricantes locales de software ERP. El mercado español está centralizado en cinco multinacionales, la mayoría fabrica el producto en otros países, convirtiendo a España en mero usuario final.

Pero, ¿qué importancia tiene para España el I+D en Tecnología de la información? Nos aporta múltiples ventajas. La primera es el control sobre un producto que utilizarán miles de empresas en todo el mundo y la capacidad para influir en su evolución. La segunda es la ampliación de nuestra economía y su fortalecimiento ante situaciones de crisis. Un tercer aspecto a favor es el acercamiento del producto en origen a las necesidades de la empresa española. Como cuarto elemento, destacaría la retención y potenciación del conocimiento tecnológico. Y en quinto lugar, la creación de empleo de alta cualificación.

Además, un tejido empresarial propio de desarrollo de ERP, fortalecería la imagen de España como referente tecnológico y establecería puentes entre las empresas y los núcleos formativos como universidades, los centros tecnológicos, etc., con lo que se potenciaría nuestra cultura innovadora. Los profesionales que trabajamos en este sector debemos hacer visibles nuestras capacidades como país e intentar atraer hacia España la I+D en Sistemas de Información ERP.

Juan Antonio Fernández. Director general de Unit 4 Ibérica

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