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A fondo

Halcones sobre el palomar

Janet Yellen, vicepresidenta de la Fed, dijo el lunes que la autoridad monetaria debe contener futuras burbujas y admitió que mantener bajos los tipos de interés "puede dar lugar a un aumento en el apalancamiento y excesiva toma de riesgos en el sistema financiero".

Es un mensaje que políticos e inversores deberán recordar. Pero en el futuro. A corto o medio plazo y pese a esas advertencias, la Fed parece estar decidida a anunciar el 3 de noviembre la puesta en marcha de una segunda ronda de política monetaria expansiva.

El objetivo es inyectar más liquidez en una economía en la que el crédito no está fluyendo para las familias y las pymes y que sufre una tasa de paro superior al 9,5% desde hace 16 meses (el periodo más largo desde 1948, fecha en la que se recogen datos comparativos). Yellen, es una de las "palomas de la Fed", es decir uno de sus miembros más preocupados por el alto paro que por los riesgos inflacionistas (que ahora son teóricos) y que, por tanto, apoya el nuevo estímulo.

La vicepresidenta está en mayoría. Actualmente hay más palomas que halcones en la Fed. Uno de estos últimos, Thomas Hoenig, presidente de la Fed de Kansas, dijo ayer que la intervención sólo añade incertidumbre a cambio de pocos beneficios. Para Hoenig, que es partidario de subir los tipos de interés y no comprometerse con mantenerlos bajos, la expansión del balance de la Fed y su interés por imprimir dinero es una "estrategia muy arriesgada" porque es difícil saber hasta qué nivel de inflación se puede llegar.

Lo cierto es que sobre las palomas de la Fed sobrevuelan halcones, pero muchos están fuera de ella. Robert Reich, ex secretario de Trabajo con Bill Clinton, es una paloma con alas de halcón en este debate. Reich dice que aunque las empresas pequeñas y medianas no tienen acceso al crédito, las grandes sí, mucho y muy barato. Pero pese a ello, no están contratando porque no confían en la economía, lo que es un pez que se muerde la cola, pero cuya dinámica no se soluciona con más liquidez. Dinero hay, las empresas grandes tienen 1,6 billones de dólares en cash, niveles históricamente altos.

Oposición fuera de EE UU

Fuera de EE UU hay más halcones. En el BCE, uno de los miembros de su consejo, Axel Weber, dijo ayer que la autoridad monetaria debería finalizar su programa de compra de bonos y dar pasos para retirar otras medidas de emergencia.

Para Weber, que se opuso desde el inicio a la compra de bonos, tiene más riesgo salir tarde de los estímulos que demasiado pronto. El lunes, el miembro del comité ejecutivo del BCE, Jürgen Stark, mantuvo que es apropiado considerar la posibilidad de subir los tipos para evitar fomentar inflación. Los comentarios de Weber y Stark coinciden con una situación mucho más dura en otros países de la zona euro, entre ellos España, que en su nativa Alemania.

Su estrategia podría ser contraproducente para el euro, ya que dada la situación de intervención en las divisas en el resto del mundo, este se apreciaría más; lo que perjudicaría a la potencia exportadora que es Alemania.

Otros halcones están en los países emergentes y Japón que ven como la expansión monetaria de EE UU va a hundir aún más el valor del dólar con respecto al de sus divisas y compromete su crecimiento. Ante la apreciación del yen frente al dólar (en máximos de 15 años), el ministro japonés, Yoshihiko Noda, dijo ayer que no puede descartar otra intervención. Japón tiene en su contra que si lo hace, perderá peso en el coro de países que pide a China que deje fluctuar libremente su renminbi para que se revalúe.

Otros países refrescan su intervención, pese a que el sábado en el FMI se mostraron contrarios al proteccionismo "en todas sus formas". Tailandia reforzó ayer el control de capitales extranjeros e Indonesia, Corea, Filipinas y Brasil también intervinieron para evitar la rápida apreciación de sus monedas frente a un dólar más competitivo gracias a las palomas de la Fed.

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