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Estados Unidos

La Fed reactiva la política de estímulos monetarios con la compra de más deuda

La Reserva Federal admitió tras su reunión de ayer que los últimos datos económicos muestran que la recuperación "probablemente será más modesta a corto plazo de lo que anticipábamos". Es un giro en las previsiones que fuerza a la autoridad monetaria a reactivar su política de estímulos con la compra de deuda pública.

El presidente de la Fed, Ben Bernanke dijo en julio al Congreso que tomaría medidas de estímulo en caso de ser necesario. Ayer, y a la vista de que los datos económicos apuntan a que la recuperación será muy lenta, la autoridad monetaria anunció que reinvertirá los pagos del principal que reciba de sus inversiones en títulos hipotecarios en deuda a largo plazo del Tesoro. La Fed mantendrá así su actual balance de 2,05 billones de dólares en activos frente a los 8.000 millones que tenía antes de la crisis.

Bernanke reactiva así una política no ortodoxa para dinamizar la economía que no usa desde 2009. Los analistas, que anticipaban un movimiento en este sentido, entre otras posibilidades, afirmaban que el efecto en la masa monetaria será reducido pero manda la señal de que la Fed está preocupada y dispuesta a actuar.

Thomas Hoening, presidente de la Fed de Kansas City Fed, volvió a desmarcarse de la decisión de la mayoría de los miembros del Comité Abierto que deliberan sobre política monetaria. Hoening cree que se están usando medidas que limitan la capacidad de reacción de la Fed si la economía se deteriorara más.

Lo analistas creen que mantener el balance es una medida simbólica

El resto de los miembros de la Fed admite que se ha llegado a un momento de fuerte incertidumbre económica que no era tan significativa en su reunión previa de junio. Entonces, el equipo de Bernanke aún se hacía eco de que "la recuperación económica avanza y el mercado laboral está mejorando gradualmente". Pero las magnitudes de entonces hasta ahora han cambiado mientras que sigue habiendo una desinflación que abre los temores a una posible deflación.

EE UU ha registrado dos meses consecutivos de destrucción neta de empleo, el PIB apenas ha crecido un 2,4% en el segundo trimestre y se ha percibido una caída en el consumo. La producción industrial ha perdido algo de fuelle mientras la vivienda ha continuado su trayectoria a la baja y los ingresos salariales apenas han repuntado un 0,1% en junio.

El estímulo monetario que puede proveer la Fed quizá no sea de mucho calado, pero es el único que se puede mantener ya que el Gobierno empieza a tener las manos atadas debido a los temores que provoca el fuerte déficit y el crecimiento de la deuda pública. Ayer, la cámara de Representantes aprobó en sesión extraordinaria un paquete de transferencias de 26.000 millones de dólares para ayudar a pagar gastos de educación y sanidad a los estados. Esta, sin embargo, se perfila como la última extensión del estímulo fiscal de 2009.

El Pentágono afila los recortes

El secretario de defensa, Robert Gates, ha puesto en marcha un agresivo plan de ahorro y cambio de prioridades en el presupuesto que gestiona. Este plan incluye la eliminación de uno de los grandes comandos militares, con base en Virginia (y más de 3.000 empleos civiles que podrían perderse), y un menor uso de contratistas para labores de apoyo, un capítulo donde los gastos se han disparado. El objetivo es reducir costes en algunas áreas en unos 100.000 millones de dólares (76.400 millones de euros) en cinco años con el fin de tener más recursos para la modernización de sus programas de armamento y militares sin necesidad de disparar el presupuesto del departamento. Este año, sus cuentas son de 708.200 millones, de los cuales 159.000 son para las guerras de Irak y Afganistán.

La cifra

-0,9% es el ritmo de caída que experimentó la productividad en EE UU durante el segundo trimestre de este año. Se trata del primer retroceso desde 2008.

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