La paja en el ojo ajeno
Royal Bank of Scotland (RBS) es una entidad británica que tuvo que ser rescatada de emergencia por el Gobierno y parcialmente nacionalizada en octubre de 2008 para evitar su colapso. La entidad recibió incluso recibió préstamos "secretos" por parte del Banco de Inglaterra, que la autoridad monetaria no quiso hacer públicos hasta un año después. Ahora, su debilidad le ha puesto en el punto de mira de entidades como el Banco de Santander, que busca consolidar su presencia en Reino Unido. Todo esto no impide que RBS predique sobre la mala situación de otros. Así, RBS no está muy satisfecho los resultados de HSBC, sobre la que advierte de un "deterioro evidente" en la generación de ingresos y le ha rebajado la valoración bursátil desde vender a mantener. El precio objetivo también lo ha recortado de 8,25 a 7,25 libras (la acción cerró ayer a 6,71). "Es la ironía del día", comentaba ayer un bróker.
La fuerza interior de EE UU
El mercado se pregunta cuándo retirará la Reserva Federal los estímulos monetarios que han permitido a EE UU sortear la depresión económica. De momento, hay muchas incertidumbres: ni el paro, ni la actividad industrial aportan los síntomas de mejoría que llegaron a descontarse en algún momento de este año. El propio presidente de la Fed, Ben Bernanke, es cauteloso sobre el estado de salud de la economía americana. Pero dentro de la autoridad monetaria hay quien tiene una profunda convicción sobre la capacidad de recuperación del pueblo americano y considera que no hacen falta más estímulos. "Pienso que hay una fuerza subyacente que sigue ahí", ha valorado en declaraciones a Bloomberg TV el presidente de la Reserva Federal de Filadelfia, Charles Plosser. "Estoy esperando a que algo del ruido de las estadísticas las que han sido decepcionantes e indican una recuperación sostenida exclusivamente por los estímulos fiscales se desvanezca durante el verano", vaticinó Plosser. El tiempo dirá si lleva razón.