Salir de deuda alemana para entrar en la española
En momentos de extrema tensión en los mercados financieros y con serias implicaciones para las economías de los hogares se suele olvidar que los mercados, por más obtusos o inteligentes que puedan aparentar ser -al fin y al cabo, los son tanto como lo es el ser humano-, no suelen tener querencias ni reticencias especiales. Y, si hace unas semanas la operativa que más dinero daba era ponerse corto de deuda española y largo de deuda alemana -operación, por cierto, neutral en riesgo de tipo de interés por compartir ambos países el banco central-, ayer los rumores apuntaban al predominio de la operativa exactamente contraria, con las mismas ventajas para quien sepa coger la ola a tiempo. Con los test de estrés como excusa, se explicaría así el radical descenso de la prima de riesgo española, que está quemando etapas a la baja como antes lo hacía al alza.
La década pérdida para Estados Unidos
La primera década del siglo XXI, la que empezó en enero de 2000 y terminó en diciembre pasado -asumiendo que realmente arrancó el 1 de enero de 2000, hipótesis que tiende a conducir a largos, encendidos y poco fructíferos debates- se ha saldado con un crecimiento nulo en el número de personas empleadas en Estados Unidos. De acuerdo con las estadísticas del Departamento de Trabajo, desde finales de 1999, cuando el máximo temor de Occidente era el "efecto 2000", no se ha creado empleo en EE UU dos crisis consecutivas y muy relacionadas se han traducido en una década perdida. En las seis décadas anteriores el menor crecimiento del empleo había sido del 34,9%, en los años 80. También en esta década el crecimiento del PIB fue el más bajo desde los 30, un 17,8%, y la renta disponible de las familias ha caído un 4%, según un artículo de The Washington Post. En 1999 no eran pocos los economistas que sostenían la afirmación de que las crisis económicas eran cosa del pasado. No podían estar más equivocados.