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Lunes de los Fondos

La Bolsa sigue muy atractiva

Los resultados y la escasa posibilidad de sufrir otra recesión juegan a favor de la renta variable

Vengo defendiendo los activos de riesgo desde primeros del año 2009. Las bases para que experimentemos un ciclo alcista bursátil -y favorable en general a los activos de riesgo- se han ido consolidando progresivamente desde entonces. Por supuesto, no han faltado las opiniones y análisis contrarios pero estos se han intensificado radicalmente en los últimos meses, al calor de la corrección y volatilidad vivida en los mercados desde abril. Una serie de datos macro débiles o decepcionantes en algunos casos han resucitado también el miedo a volver a entrar en recesión en la segunda parte del año. Adicionalmente en España hemos observado todo tras el cristal distorsionador de haber sido la Bolsa mundial con peor comportamiento en el año y lo que es más significativo, con un inusual desligamiento del resto de mercados.

La pregunta del millón que se hacen los inversores en estos momentos es la de si las principales economías desarrolladas pueden volver a caer en una recesión en los próximos trimestres. Desde luego el enfoque es el correcto en el sentido de que en la evolución macroeconómica es donde se encuentra el futuro del devenir de los índices bursátiles y los activos de riesgo en general. Como siempre hay que mirar primero a EE UU, que sigue siendo la economía que marca el ritmo de la actividad económica mundial.

Realmente sí se ha apreciado un debilitamiento de algunos indicadores pero la tendencia, desde los mismísimos y manidos datos de empleo hasta los datos de demanda interna y sector exterior, sigue intacta. Probablemente, los crecimientos trimestrales en la segunda parte del año serán más débiles de lo estimado y de lo disfrutado en los trimestres anteriores pero el crecimiento del PIB para el 2010 no debería situarse muy lejos del 3%, cifra alrededor de la cual se mueve el consenso. El prestigioso economista norteamericano Paul Kasriel de Nothern Rock, premiado por la exactitud de sus pronósticos, es un poco más pesimista. Piensa en el efecto negativo que por un lado una reducción del gasto público y de mayor debilidad de la esperada del mercado inmobiliario, tras la retirada de los incentivos fiscales, puedan tener en la demanda agregada. Por otro, una ralentización del crecimiento de las exportaciones, ante el enfriamiento inducido de las economías emergentes, debería detraer algo del componente exterior. Todo ello reduciría el crecimiento del PIB en los dos próximos trimestres. Aún así descarta la recesión y espera un crecimiento de alrededor del 2%. No sólo eso sino que, tras este par de trimestres débiles, su previsión para el 2011 es de una alegre expansión del 3,2%.

En realidad, el repaso de la historia de las expansiones que siguen a las recesiones en EE UU se caracteriza por periodos cortos de debilidad relativa, tras unos primeros trimestres de la recuperación donde se registran fuertes crecimientos inter trimestrales. La actual recuperación económica, iniciada hacia la mitad del año pasado, estaría siguiendo el guión también en esta ocasión. En lo que respecta a la probabilidad de realmente sufrir otra recesión ahora, otra aportación interesante se encuentra en un informe de Thomson Reuters firmado por Juan Ignacio Crespo. Este informe, titulado "Esté atento a la próxima recesión… pero no todavía", además de destacar la extraordinaria rareza o poca frecuencia de EE UU, repasa cómo no se dan ninguna de las condiciones que se han mostrado como necesarias de manera previa a todas y cada una de las recesiones sufridas por la primera economía mundial en los últimos sesenta años. Estos requisitos serían subidas de tipos, inversión de la curva de tipos, subida de precio del petróleo y caída del beneficio unitario de las empresas.

Moviéndonos a los beneficios empresariales, los datos son también bastante concluyentes. En el último informe semanal de Thomson Reuters, sobre los resultados de las compañías pertenecientes al índice S&P 500, entre otras cosas se constata un crecimiento de los beneficios estimados agregados para el segundo trimestre del 28%. Este crecimiento ha ido aumentando según se publican los resultados reales. Más significativo es el ratio de preanuncios (anuncios realizados por las empresas sobres sus beneficios esperados antes de su publicación). El ratio de preanuncios negativos sobre positivos se sitúa en 1,1, muy por debajo de la media de largo plazo de 2,1. Este suele ser un signo bastante fiable típico de un ciclo bursátil alcista. El clásico ratio PER (precio/beneficios) se sitúa en el 12,4, también claramente por debajo de la media histórica y de la media de las últimas 52 semanas (14,3).

Termino con la visión de los gestores de fondos españoles. La mayoría de los directores de inversión de las principales gestoras planean aumentar su exposición a bolsa en los próximos meses, según se desprende de la encuesta de asignación de activos de Lipper.

Hasta ahora, sólo corrección

-La fuerte caída de la Bolsa española ha podido llevar a algunos a pensar que nos habíamos metido en un ciclo bursátil bajista.- Las minusvalías experimentadas por los índices bursátiles de referencia mundiales, como el Dow Jones Industrial norteamericano, se han encontrado sin embargo dentro de lo que se considera normal en una corrección dentro de un ciclo alcista.- La corrección del Dow (en dólares) ha sido de poco más de 13%, de lleno dentro del calibre de la corrección típica histórica de entre el 10% y el 15%.

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