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Pensiones

Olvídese del retiro laboral a los 65

Después de años intentando poner en orden nuestro sistema de pensiones, ésta puede ser la definitiva.

Un reciente informe de la Fundación Inverco, elaborado por la firma Analistas Financieros Internacionales (AFI), predice la insuficiencia financiera del sistema a partir del año 2030. Otros estudios sitúan la "quiebra" del sistema algo antes o después, pero la pirámide poblacional está ahí y nadie tiene duda de que si no se toman medidas pronto, los jóvenes de hoy no disfrutarán de las generosas pensiones que tienen sus padres. Y como nos descuidemos, ni siquiera recibiremos pensión.

A principios de año conocimos las propuestas del Gobierno en torno a la reforma del sistema de pensiones: retraso de la edad de jubilación de 65 a 67 años y aumento del número de años cotizados necesarios para optar a la pensión máxima. Todo con el objetivo de vencer al anunciado déficit en el Fondo de Reserva de la Seguridad Social.

Escuchadas las propuestas del Gobierno, ahora lo importante es conocer las conclusiones de la Comisión parlamentaria del Pacto de Toledo que trabaja ya en un texto después de recibir información y propuestas de los agentes sociales. Si todo fuera sobre ruedas, se podrían tener las conclusiones en el mes de septiembre. Mientras tanto, son las instituciones privadas quienes aportan sus recomendaciones para un debate que dura ya muchos -quizás demasiados- años.

La comisión está trabajando en serio en ello y lo hace no sólo por mandato del Parlamento español, sino porque Bruselas también se ha puesto a reflexionar en voz alta. La pasada semana, sin ir más lejos, Europa era clara: habrá que alargar la vida laboral hasta los 70 años. Es decir, tres años más de los que baraja nuestro Gobierno.

En cualquier caso, el Ejecutivo tiene como prioridad lograr un acuerdo lo más amplio posible "porque se trata de abordar un proyecto que sirva para décadas; una reforma que utilizarán varias generaciones", en palabras del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que ha incluido este asunto como uno de los puntos clave en su comparecencia parlamentaria con motivo del debate del estado de la nación de esta semana.

El Gobierno no es el único que cree inevitable alargar la vida laboral. La mayoría de los expertos propone esa medida como parte de la solución para hacer sostenible en el futuro el sistema de pensiones públicas.

æpermil;sa fue, por ejemplo, la primera conclusión de los trabajos presentados en enero por la comisión de expertos que convocó Unespa para estudiar los efectos del envejecimiento en el Estado del bienestar. ¿Cómo? La mencionada comisión, que reunió a miembros tan dispares como Rodrigo Rato o José María Fidalgo, abogó por "alterar profundamente el sistema actual de incentivos y hacerlo en una doble dirección: por un lado, incitar a trabajar más años, y por otro, eliminar elementos que impulsan a sacar del mercado a los trabajadores de más de 50 años".

Miguel Ángel Menéndez, director del área de previsión social de Mercer, es claro: "De no tomar medidas en el corto plazo, no sólo acabaremos con el Fondo de Reserva, sino con los niveles de coberturas finales y, lo que es peor, las pensiones garantizadas podrían quedar en entredicho".

Si entramos al detalle, Menéndez tiene fórmulas para equilibrar los números del sistema tanto por el lado de los ingresos (aumentando las aportaciones de las empresas y/o de los trabajadores, eliminando los topes de cotización, aplicando una mejor estrategia a las inversiones para lograr mayor rentabilidad) como por el de los pagos (aumento de la edad de jubilación, extensión del periodo de cálculo para obtener la pensión, endurecimiento de los requisitos para obtener el 100%, incentivando el retraso en la edad normal de jubilación o relacionar la pensión recibida con la esperanza de vida), pero absolutamente convencido de que se deben tomar medidas.

En multitud de países del centro y el sur de América y en casi la totalidad de los países de la Europa del Este, se ha optado por la gestión privada de las pensiones, eso sí, "con una fuerte supervisión y regulación pública", explica Ángel Martínez-Aldama, director general de Inverco, sin embargo en España son pocos los que hoy en día apuestan por la privatización total del sistema. "Dada la magnitud de los compromisos que tiene asumido la Seguridad Social con los actuales pensionistas y con los futuros, no parece previsible que una implantación de un modelo exclusivamente privado sea factible", continúa el experto de Inverco.

Más comunes son las propuestas de un sistema complementario. Así, en Mercer abogan por sistemas mixtos, diferenciando por niveles de rentas. "Incentivos al ahorro privado personal y de empresa junto con ajustes en el sistema público podrían mantener y consolidar el buen estado actual del sistema de pensiones", asegura Menéndez.

Jaime Nieto-Márquez, experto en soluciones de jubilación en Towers Watson, cree que "debemos cambiar el chip y entender que el ahorro empresarial y personal debe pasar a formar parte de nuestras vidas con una mayor intensidad de lo que ha venido siendo hasta la fecha". En cuanto a la reforma del actual sistema público, en esta consultora ven inevitable la disminución de las prestaciones y la mejora y fomento de la previsión social empresarial, todo ello aderezado con campañas de concienciación ciudadana respecto a la jubilación y la necesidad de ahorrar y planificar el retiro.

Los expertos reunidos por Unespa también le puso deberes al sector privado. Si bien abogaron por la colaboración público-privada se le propuso al sector asegurador avanzar en transparencia, en más competencia en precios y, por último, en mejorar el atractivo de los productos. Y es que algo falla estrepitosamente en el sector privado, si comparamos su auge con el que tiene en otros países de nuestro entorno. De ahí que tampoco nadie dude de lo inevitable de reformar el actual escenario del ahorro-previsión.

Para el director del área de previsión social de Mercer, la lista de cambios que se podrían introducir es casi infinita: "Mayor flexibilidad en las estrategias de inversión, revisión de los gastos de gestión y de depositaria que actualmente se están cargando en los planes individuales; incentivos para las empresas para la implantación de planes complementarios, mayor comunicación y mejora en el tratamiento fiscal, etcétera".

Desde Inverco tienen claro que si se mantuviera el esquema actual del sistema de pensiones, se debería mejorar la tributación de las prestaciones de los planes de pensiones, así como establecer un límite adicional de las aportaciones a los sistemas de pensiones de empleo. "Si, además, el Parlamento aprobara una reforma del sistema de pensiones en línea con las propuestas planteadas por el Gobierno, esa disminución porcentual de la pensión pública debería, mediante incentivos, ser cubierta por los planes de pensiones".

En Towers Watson van más allá y creen que no es suficiente introducir incentivos fiscales ya que incluso en épocas de bonanza económica "no alcanzaron el desarrollo esperado". En opinión de Nieto-Márquez, "hay que abogar por planes de pensiones obligatorios en las empresas a cambio de reducciones en las cotizaciones empresariales, y mediante la exigencia de aportaciones individuales; sería el camino que puede llevar a la solución del problema por la vía rápida".

En 4 pasos

1. Gobierno: en enero hizo públicas sus propuestas: retiro a los 67 y ampliar los años de cómputo.2. Toledo: los trabajos de la comisión parlamentaria podrían terminar en septiembre.3. Consenso: se busca el máximo acuerdo para una reforma que sirva para décadas.4. Reforma: imprescindible para hacer sostenible el actual sistema de pensiones español.

Cualquier parecido con España, pura coincidencia

Los activos vinculados a pensiones en Estados Unidos ascendieron el pasado año a 16 billones de dólares, lo que supone un incremento del 14% respecto al ejercicio anterior, según datos de la asociación estadounidense de instituciones de inversión colectiva, Investment Company Institute (ICI), dados a conocer por la asociación Inverco. El 39,4% de estos activos -6,2 billones- se canalizan a través de planes de empresas, mientras que un 26,3% corresponden a cuentas individuales de capitalización, el 25,6% a planes de funcionarios y un 8,8% a seguros.El sistema de planes de empleo español apenas representa un 3% del PIB y a un 13% de los asalariados totales. Nada que ver con las cifras de otros sistemas, como el holandés, que cubre a un 90% de los trabajadores y sus aportaciones representan un 155% del PIB.Es cierto que en nuestro país uno de cada tres españoles tiene un plan de pensiones individual, sin embargo, la media anual ronda los 6.000 euros, un ahorro claramente insuficiente para constituirse en renta vitalicia complementaria a la pensión pública.España presenta esta característica en parte, según los expertos, porque la tasa de sustitución en la jubilación es muy alta -representa un 81% del último salario-, mientras que en otros países como Holanda o Alemania oscila entre el 30%-40%.Además, aquí apenas se ahorra un 6,4% del patrimonio financiero en estos activos, frente al 25% de Japón, el 70% de Estados Unidos o el 80% de Reino Unido.Los datos no son esperanzadores: el ahorro destinado a la jubilación descendió en 2009 un 20% en comparación con el volumen conseguido hace dos años y un 7,3% en relación con el de 2008.El frenazo importante en las aportaciones comenzó después de la última rebaja fiscal, en 2006, cuando el Gobierno suprimió el tratamiento favorable que permitía al jubilado que quería disponer de su fondo aplicarse una deducción del 40% en el IRPF.

Triunfan los emergentes

Durante el año los planes de pensiones que mayores alegrías están dando son los de renta variable emergente, productos dirigidos a clientes amantes del riesgo o que tienen diversificada su cartera de Bolsa en países con proyección de futuro. Esta categoría ha obtenido el 6,89% de ganancias desde principios de 2010, según los datos recopilados por Lipper.Para los inversores más tranquilos, las mayores alegrías vienen del segmento de renta fija euro a largo plazo, que obtuvo hasta junio una rentabilidad del 5,25%. El siguiente grupo en rendimiento fue el de retorno absoluto en euro con riesgo alto, que ganó el 3,14% durante el primer semestre. De media los planes de pensiones pierden durante 2010 el 3,45%.

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