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Deuda pública española

La fuerte demanda extranjera se consolida en la subasta a 15 años

El Tesoro colocó ayer 3.000 millones en bonos a 15 años y recibió peticiones por 7.721 millones, más del 50% de inversores no residentes, que confirman su creciente interés por la deuda española. El 70% de las peticiones, en las que tuvieron un peso notable los bancos centrales, se concentró en sólo tres mandatos. La prima de riesgo de España cayó hasta los 197 puntos básicos.

La excelente acogida que tuvo ayer la subasta de obligaciones a 15 años del Tesoro y su buena evolución en el mercado secundario confirman el interés del inversor final por la deuda española. Un claro reflejo de la creciente confianza en España.

"Ha habido mucho interés antes y después de la subasta, lo que ha repercutido en los precios del secundario. Había posibilidades de emitir más del máximo de 3.000 millones anunciado", explican desde una entidad. "Alrededor del 50% de la demanda ha venido de fuera. Ha habido una concentración alta en pocas peticiones a muy buenos precios. Los inversores han pagado unos 50 céntimos por encima de los precios de mercado antes de la subasta para garantizarse la adjudicación. Eso demuestra que el interés era real", comentan fuentes del mercado.

La alta demanda garantizó, así, que el interés de la subasta no se encareciera en exceso para el Tesoro. El tipo marginal de la colocación -el máximo de todas las ofertas- se situó en el 5,145%, un precio superior al 4,44% de la subasta de abril pero mejor de lo esperado. "Ha habido una presión de demanda brutal y por eso los tipos son mejores de lo que se preveía. Es una señal de confianza", añade José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.

Fuentes del mercado comentan, además, que el 70% de la demanda -5.400 millones de euros- estuvo centrada en tan sólo tres peticiones. "Esto indica que probablemente hay un banco central detrás", añaden desde otra entidad, algo que el Tesoro no quiso confirmar ayer, pero que se daba por hecho en el mercado después de que la semana pasada el 19,3% de la oferta sindicada de 6.000 millones la acapararan bancos centrales, con un especial protagonismo del Banco Central de China.

La apuesta de los extranjeros y la buena evolución de la emisión de ayer en el mercado secundario son indicios claros del creciente interés de los inversores. La emisión de ayer se cerró a un tipo marginal del 5,145% y al cierre de la sesión quedó en el 5,067%, lo que implica que el precio -que se mueve a la inversa que la rentabilidad- aumentó durante la sesión por la compra de inversores no satisfechos con lo recibido.

"El movimiento de compra de deuda se ha dado en todos los plazos del secundario. Es una buena noticia que el mercado empiece a poner en precio de forma más adecuada el riesgo de España", explica Pablo Guijarro, analista de AFI. "La demanda se ha consolidado tras el éxito de la operación sindicada de la semana pasada", añade José Luis Carranza, de Caylon Crédit Agricole.

La buena acogida de la subasta contribuyó así a reducir la prima de riesgo y el diferencial de la deuda española a 10 años (4,62%) con la deuda alemana al mismo plazo (2,648%) se redujo en 10 puntos básicos ayer para situarse en los 197,12. En el tramo a 15 años este diferencial también se estrechó al pasar de los 229 a los 216 puntos básicos. "Es una buena señal que tras las subastas los diferenciales se contraigan porque indica que quienes compran deuda pueden ganar dinero", dice Alberto Matellán, de Inverseguros.

Los expertos recuerdan, no obstante, que la gran prueba de fuego llegará la próxima semana con la publicación de los test de estrés a la banca. "Si el riesgo a corto plazo cae es factible que el diferencial de la deuda soberana española se estabilice o corrija algo. Con las últimas tensiones, se ha marcado un techo", añade Guijarro.

Capacidad probada para afrontar los vencimientos

El nerviosismo que se percibía en el mercado hace unas semanas ante los vencimientos de deuda que afronta el Tesoro este mes ha remitido. La buena evolución de las últimas emisiones de deuda confirma la capacidad de financiación del Estado y aleja el temor a posibles impagos."El miedo que había a que España no pudiera hacer frente a sus vencimientos de deuda estaba fuera de lugar. España no ha registrado los problemas de Grecia y con los recursos captados no había riesgo de refinanciación", explica Pablo Guijarro, de AFI.Este mes el Tesoro afronta obligaciones por 24.663 millones y ahora el mercado sí confía en su capacidad de pago.

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