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A fondo

La presidencia "insignificante"

La presidencia española de la UE se ha ganado en Bruselas el apodo de "invisible". Para bien, porque el semestre español ha cedido la visibilidad y el protagonismo a los nuevos cargos de la UE (presidente del Consejo y Alta Representante de política exterior). Y para mal, porque el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha sido incapaz de rentabilizar los escasos éxitos de su mandato (que los ha habido, como el acuerdo, el último día del semestre, para limitar los bonos en el sector bancario).

Los invisibles pasaron ayer el testigo a los insignificantes. O al menos, a quienes se camuflan como tales. Bélgica asume por décimo segunda vez, la presidencia semestral de la UE. Y lo hace con la característica vocación de ese país por mantener un perfil bajo de cara a la galería, mientras labora en silencio para imponer su propia agenda.

El acto inaugural de la nueva presidencia, celebrado ayer en la sede del Consejo Europeo en Bruselas, simbolizó perfectamente esa ambivalencia.

Se procedió a la apertura de una exposición sobre moda de segunda mano, realizada con la imprescindible colaboración de Les Petits Riens (Los insignificantes), asociación sin ánimo de lucro que recolecta y vende toda clase de productos usados para ayudar a las personas sin techo de Bélgica.

Evento sencillo y austero, acorde con los tiempos de crisis que corren. Pero entre maniquíes paseaba un hierático Herman Van Rompuy, el último belga que a la chita callando se ha encaramado hasta la cúpula de un organismo internacional.

Van Rompuy, primer presidente permanente del Consejo Europeo desde el 1 de enero, puede aprovechar la presidencia rotatoria de su país para consolidar un cargo impreciso que Rodríguez Zapatero le ha ayudado a cimentar.

El Gobierno belga, en funciones desde las elecciones del pasado 13 de junio, también parece dispuesto a apoyar su semestre en su antiguo primer ministro. Entre otras cosas, porque la agenda comunitaria sigue dominada por los mismos asuntos que durante el semestre español.

La nueva regulación del sector financiero y la reforma de la gobernanza económica de la UE y, en particular de la zona euro, constituyen, como durante la presidencia española dos de las prioridades del Gobierno saliente de Yves Leterme. Bajo mandato belga se podría aprobar, en concreto, la creación de las nuevas Autoridades financieras europeas y el acuerdo para someter a un control comunitario previo las grandes líneas presupuestarias de cada país.

Y quienes desdeñan la capacidad de iniciativa de un país surrealista como Bélgica, no deberían olvidar que en su última presidencia (2001) pusieron en marcha el proyecto de una Constitución europea. Ayer, por lo pronto, consiguieron que desde el primer día de la presidencia funcionase su web (www.eu2010.be). Una hazaña que la presidencia española tardó semanas en conseguir.

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