Impulso español a las novias de diseño en EE UU
Sever García lanza en Nueva York una línea de vestidos de firmas de alta costura a precios asequibles
Una de las cosas que no ocurre todos los días es que un emprendedor español cree una nueva empresa en EE UU, un país donde la oferta de consumo es prácticamente infinita y apenas hay nichos de mercado evidentes por cubrir. Pero de vez en cuando, pasa.
La última vez fue hace apenas unos días cuando, Sever García, uno de los empresarios que mejor conoce el sector del comercio minorista de la moda estadounidense, presentó en la Park Avenue en Manhattan, Designer Bride. Se trata de una colección de 48 vestidos de novia cuya peculiaridad es que están diseñados por grandes firmas asociadas con el mundo de la alta costura americana, Ángel Sánchez, Carmen Marc Valvo, David Meister y Lilly Pulitzer. Los vestidos de estos diseñadores acostumbrados a vestir a Beyoncé, Eva Longoria o Kate Winslet, entre otras celebridades, se venderán entre 1.200 y 4.000 dólares (unos 980 y 3.300 euros) en tiendas especializadas. Es algo que Sánchez dice que le abrirá puertas en tiendas en las que de momento no puede estar por los precios habituales de sus prendas.
Designer Bride se centra en un segmento medio del mercado que, como recuerda García, se sitúa entre los 500 dólares que valen los vestidos que ahora vende la cadena J. Crew y los 12.000 dólares que pueden costar los que llevan la firma de Vera Wang.
Hasta 61 firmas de ventas minoristas estuvieron en la presentación de la nueva línea y en el evento ya se cerraron la mitad de las órdenes de compra que García estimaba que podrían venir en el futuro. "Compraron allí mismo, estamos encantados con el recibimiento", explicaba. No esperaba una acogida así "estando en el entorno económico en el que estamos", dijo.
Una clienta nueva
García explica que se empezó a sentar con diseñadores y a poner a rodar el proyecto hace un año, aunque llevaba tres dando vueltas a esta aventura empresarial. Su socia, Adrian East, precisa que el proyecto nació de la idea de que la nueva novia, que ya ha cumplido los 30 años, "es ligeramente mayor que en el pasado, más sofisticada e independiente y busca diseño, pero con sentido".
De momento, y dado que se están dando los primeros pasos, Designer Bride, es una empresa que se queda en EE UU. El salto a España no está descartado, si bien no es algo que ocurrirá en un futuro próximo.
Para este empresario, el mundo de los trajes de novias no es nuevo. De hecho, es el que marcó sus inicios en Nueva York, una ciudad en la que se instaló hace poco menos de una década con su mujer, Eva Nevado, y su hija. García llegó a la ciudad de manos de Pronovias, firma que ahora tiene una de las tiendas más llamativas del centro de Manhattan.
Cuando se acabó el proyecto que Pronovias le encomendó, decidió quedarse en Nueva York, donde, con el tiempo, abrió su propia firma, SGN. Se trata de una empresa que funciona como subcontrata de pequeñas y grandes compañías del mundo de la moda española en EE UU. En su cartera de clientes cuenta con pymes que han encontrado en sus servicios la forma de llegar a los distribuidores minoristas americanos y grandes firmas como Tous, Agatha Ruiz de la Prada o Desigual, que está multiplicando su presencia en el país.
En SGN trabajan nueve personas y ya no solo llevan negocios de España a EE UU sino que han empezado a recorrer el camino a la inversa al introducir una línea de negocio de Tommy Hilfiger en Europa. García explica que ahora está trabajando en acuerdos de este tipo.
Conservador
El lanzamiento de Designer Bride llega una vez que García se encuentra cómodo con SGN. "No sólo pasamos el tercer año crítico sino que cada vez tenemos proyectos más grandes y tenemos un gran equipo que permite que podamos hacer cada vez más", explica.
García se autodefine como "conservador", algo con lo que quiere explicar que es calculador y mide los riesgos con precisión. Es una actitud de muchos empresarios de éxito que, según describió el autor de The New Yorker, Malcolm Gladwell, "son cualquier cosa menos arriesgados", de hecho "tratan de encontrar oportunidades incurriendo en los menores riesgos posibles". Sus últimos movimientos, además, le sitúan como uno de los más activos en el reducido mundo de los empresarios españoles en Nueva York.
La cifra
1.200 dólares, unos 984 euros, es el precio más económico para algunos de los vestidos de la nueva colección.