Los líderes europeos acuerdan hacer públicas las pruebas de estrés a los bancos
Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete acordaron hoy hacer públicas las pruebas de estrés que se han hecho a los grandes bancos de la UE para comprobar su grado de resistencia a la crisis como muy tarde en la segunda mitad de julio, según anunció el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
"Nuestra prioridad es tener un sistema bancario sólido y saludable. Hemos acordado que las llamadas pruebas de estrés a los bancos se publicarán como muy tarde en la segunda mitad de julio", anunció Van Rompuy al término de la cumbre de líderes europeos en Bruselas.
La publicación de los resultados de las pruebas de estrés banco por banco "ayudará a acabar con las sospechas infundadas" sobre la solvencia de las entidades europeas y permitirá afrontar "los posibles problemas que queden por resolver", según dijo el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso.
La publicación de los resultados de las pruebas de estrés había sido reclamada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para atajar las especulaciones de los bancos sobre la salud de los bancos. Alemania, que hasta ahora se oponía a la publicación individualizada, ha cambiado de postura, y también Francia ha defendido su publicación. El Santander es el banco mejor calificado en las pruebas de estrés realizadas a las 30 mayores entidades de la Unión Europea, según aseguraron fuentes gubernamentales.
Esta información surgió durante la reunión bilateral entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el primer ministro británico, David Cameron, durante la que se habló de la gran presencia del Santander en Reino Unido. Las fuentes consultadas no desvelaron qué posición ocupa el BBVA en este ranking europeo.
Las pruebas de estrés a los principales bancos europeos están siendo realizadas por los supervisores nacionales a partir de una metodología común elaborada por el Comité Europeo de Supervisores Bancarios (CEBS, por sus siglas en inglés). Su objetivo es comprobar la salud del sistema financiero en su conjunto y su grado de resistencia a un agravamiento de la crisis.
La primera ronda de pruebas de estrés se realizó el año pasado y su conclusión fue que, incluso en el peor escenario económico, los grandes bancos resistirían porque está suficientemente capitalizados, aunque podrían llegar a perder hasta 400.000 millones de euros entre 2009 y 2010. Los resultados individuales no se publicaron por la oposición de la mayoría de países, incluida España.