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Tribuna
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Placas tectónicas financieras y bienestar económico

Hoy nos encontramos ante un proceso sostenido de fragilidad del bienestar socioeconómico cuyas máximas manifestaciones son el mantenimiento de elevadas tasas de desempleo y una persistente falta de conexión entre los intereses del sistema financiero y la economía real. Sin embargo, hasta la fecha no se ha alcanzado un consenso en cuanto a los elementos a regular dentro de dicho sistema financiero.

En 1992, los parámetros financieros mostraron que la libra esterlina estaba sobrevalorada. Cuando por fin en los círculos financieros se alcanzó un consenso al respecto, los agentes financieros comenzaron a asediar a la libra apostando por su devaluación.

El Gobierno inglés de entonces, consciente de que una libra esterlina débil provocaría una tendencia inflacionista, una posible recesión económica, la desvalorización de la libra como moneda refugio y la salida del entonces SME (Sistema Monetario Europeo), etc., tomó la decisión de defender la libra. Sin embargo, la capacidad del sistema financiero de absorber las reservas en divisas de la tesorería inglesa, anula el efecto de su política financiera. El Gobierno inglés se ve obligado a tirar la toalla, y el día 16 de diciembre de 1992 -miércoles negro-, la libra se derrumba, Inglaterra sale del SME y su economía entra en recesión.

La política del Gobierno inglés para defender a la moneda se basaba en recomprar libras con sus propias reservas dentro de un sistema de paridad con otras divisas, e incrementar la tasa de interés a coste de crecimiento económico.

Mientras tanto, para atacar la libra con recursos financieros limitados, los especuladores utilizan un sistema asimétrico basado en la short selling garantizada por el margin calling. En este enfrentamiento asimétrico, el Gobierno inglés se ve incapaz de absorber los excedentes de oferta de libras en el mercado y la divisa se devalúa.

Actualmente los Gobiernos de la UE conocen mejor el sistema financiero moderno y están en posición de poder formular diferentes medidas de defensa frente a los especuladores.

Sin embargo, resulta difícil asumir como fait accompli la capacidad de la UE para mantener una defensa efectiva frente a un ataque financiero bien dirigido. En este sentido, es preciso señalar la situación de Grecia que, con un PIB que no supera el 2,5% del conjunto de la economía la Unión Europea y unas graves dificultades económicas, se presenta como la tip of the iceberg de los problemas financieros que están estresando a una UE mal preparada, tanto desde el punto de vista de los recursos financieros como del organizativo.

De todo ello podemos deducir que si los Gobiernos de Alemania y Francia cedieran ante las exigencias de garantizar las deudas griegas, y eventualmente de terceros países, las consecuencias para la UE podrían resultar catastróficas.

Los problemas de fondo son tres: el primero, la magnitud de las deudas públicas; el segundo, las estructuras socioeconómicas que necesitan ser reformadas, racionalizadas, y que requieren un convenio social solidario; y tercero, el peligro de la legitimación del sistema financiero actual si los Gobiernos utilizan métodos propios de los especuladores para defender su economía.

Ante los eminentes desafíos, se tendrán que formular y poner en práctica políticas que atiendan al conjunto de los mencionados problemas. Las siguientes opciones son, entre otras, susceptibles de un estudio más profundo:

Que la Unión Europea asuma la diferencia de los intereses que los Gobiernos pagaban hasta enero pasado y los que tendrán que pagar para reestructurar sus deudas. Que la diferencia pagada se compute como deuda a largo plazo del país beneficiado. Que la garantía del pago de la diferencia de intereses permanezca en vigor siempre y cuando las deudas del país no se incrementen.

Que los Gobiernos se reserven el derecho de investigar y, en su caso, suspender las transacciones financieras que no estén vinculadas a una transacción comercial en concreto. Es decir, establecer un sistema de correspondencia entre actuación financiera y actividades comerciales.

Que se investigue la legalidad o no de la práctica del margin call según el cual se pueden estructurar grandes transacciones con pequeñas inversiones pudiendo causar estragos al funcionamiento diario de la economía real.

Saeed M. Feyz. Fundador y presidente de Consultoría Ejecutiva

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