El difícil encaje de bolillos del sector
Habrá que esperar al menos dos años para que todas las piezas del puzle de las cajas estén en su sitio.
Ha llegado la hora. El acuerdo alcanzado el pasado 5 de mayo entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el dirigente del PP, Mariano Rajoy, para acelerar la reforma de las cajas lo más rápido posible ha dado sus frutos, y eso que parecía imposible de cumplirse puede estar resuelto en menos de 15 días. El sudoku de la reestructuración de las cajas de ahorros puede solucionarse en las próximas semanas. Eso sí, sólo en una primera fase. Todos los responsables de estas entidades financieras comparten la misma opinión en privado; que ésta no es ni la mejor solución, ni la definitiva. Fuentes del sector aseguran que lo mejor habría sido realizar fusiones lógicas interregionales, una vía que siempre había reclamado el sector. Pese al maremágnum de alianzas producidas en los últimos meses y semanas, "ninguna obedece a una fusión interregional como pedíamos", aseguran estas fuentes.
El problema sigue siendo el veto político de las comunidades autónomas. Los Gobiernos regionales siguen teniendo la última palabra en las decisiones de alianzas de las cajas en cuestión de fusiones. Y ni el Ejecutivo central ni el Banco de España han logrado eliminar el poder de las Administraciones regionales.
"Los mercados, organismos internacionales, Gobierno y Banco de España querían una reestructuración del sector. Pues ahí está. Pero los problemas de fondo continúan. La coyuntura económica de España y la situación del sistema financiero internacional perdurarán aún un año como mínimo. A ello hay que sumar la entrada en vigor en dos años de Basilea III, que exigirá más capital a la banca y volverá a complicar la existencia de varias cajas y de algún banco, pese a las alianzas formadas", señala el responsable de una importante caja.
Otro directivo del sector comparte esta opinión. Y añade que la solución aportada ahora con las fusiones virtuales -realizadas "más por presión del Banco de España que por planificación empresarial"- necesitará otra vuelta de tuerca en uno o dos años. "Y no será una segunda oleada de fusiones. Será la continuación de la primera. Se tendrán que resolver los desaguisados de ahora", añade.
La lectura de varios expertos es que al final, el Gobierno y el Banco de España podrán presentar en el tiempo previsto un nuevo mapa del sector, su reestructuración, "pero no ha sido el diseño del supervisor. Las trabas de los Gobiernos regionales han podido sobre el diseño del Banco de España", afirman.
Eso sí, al final, el supervisor ha tenido que pedir la ayuda de La Caixa y Caja Madrid para completar las fusiones. La caja catalana aseguró desde el principio que no tenía intención de participar en alianzas -de hecho, rechazó participar en la puja por CCM pese a la petición del Banco de España-. Y Caja Madrid ha reiterado en varias ocasiones que aprovecharía oportunidades, pero en una segunda oleada de fusiones. Con todo, en el cajón tenía el estudio para fusionarse con Caixa Galicia y la CAM, lo que le supondría ganar tamaño, adelantar a La Caixa y contar con ayudas del FROB. Los acontecimientos han modificado sus intenciones. Asimismo, y pese a las reticencias del Banco de España, Caixa Galicia está en negociaciones con Caixanova para su fusión regional, objetivo cumplido del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Y la CAM ha conseguido unirse a un grupo capitaneado por Cajastur, operación que le permite codearse con la entidad que preside Manuel Menéndez, ya que la opción madrileña le supondría pasar a un muy segundo plano dentro de la nueva entidad.
La Caixa, mientras, ultima la absorción de Caixa Girona, una pequeña caja que no aceptó unirse a las otras dos fusiones en ciernes de Cataluña, pero que padece una situación financiera inviable a medio plazo. Por ello, el Banco de España pidió la ayuda de las grandes, y la Generalitat puso sus condiciones. Se tenía que buscar una solución regional para las cajas catalanas, y ahí entraba La Caixa.
El caso de Caixa Laietana ha sido similar. Hasta el último momento se pensó en La Caixa como su solución. Era otra de las entidades de ahorro regional descolgada en Cataluña, tras el intento de una fusión a tres bandas entre Caixa Girona, Laietana y Penedès. Laietana, sin embargo, ya negociaba una unión con Cajasol -tras su fusión con Caja Guadalajara-, Caja Rioja y la Insular de Canarias. La operación fracasó en los primeros días de esta semana, lo mismo que la entrada de Caja Ávila y Caja Segovia en Banca Cívica, primer SIP autorizado y capitaneado por Caja Navarra. El plan B lo protagonizó Caja Madrid, que ha hecho de caja escoba para recoger a estas pequeñas entidades -Ávila, Segovia, Rioja, Laietana e Insular- y aprovechar para pedir ayudas públicas, que se calculan en más de 2.000 millones de euros.
La intervención en la madrugada del sábado de la semana pasada de Cajasur, tras negarse ésta a fusionarse con Unicaja, fue un serio aviso para el sector. Y el objetivo del Banco de España se consiguió. En una semana 16 cajas han anunciado distintos proyectos de alianzas que han cristalizado en cuatro procesos de fusión en paralelo.
Lo curioso es que, minutos antes de la intervención de Cajasur, tanto La Caixa como Caja Madrid se negaron a rescatar a la caja andaluza, pese a la llamada de ayuda de Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Y, pese a ello, la entidad que preside Rodrigo Rato todavía estaría dispuesta a pujar por la caja, hasta hace una semana de la Iglesia, si las condiciones le interesan. Banco Sabadell también ha reconocido su interés en participar en la puja, al igual que bancos extranjeros como puede ser el portugués Caixa Geral. El mercado también apuesta por que BBK entre en la carrera para hacerse con la entidad cordobesa, tras reconocer que quiere llegar a acuerdos fuera del País Vasco y fracasar su oferta por CCM.
Fuentes del sector también aseguran que Banca Cívica estaría interesada. Aunque la favorita para hacerse con su control sigue siendo Unicaja. Cajamurcia, que también negoció con Cajasur, podría unirse a la puja, una vez que la Junta de Andalucía ya no tiene potestad -a priori- para vetar esta operación. La posibilidad de que Cajasol presente una oferta por la entidad intervenida cada vez se diluye más.
Mientras, otras pequeñas cajas siguen negociando su destino. Este es el caso de Caja Badajoz, que lleva semanas en conversaciones con Banca Cívica, formada por Caja Navarra, la General de Canarias y Caja Burgos. CAI, como Círculo de Burgos también han quedado descolgadas, lo mismo que Ontiynent y Pollensa. Pero es Bancaja la que más llama la atención al mercado, aunque el hecho de contar con Banco de Valencia para poder recapitalizarse parece que ha convencido al Banco de España para capear su futuro.
Juan Quintás
El hasta el 17 de marzo presidente de CECA, Juan Ramón Quintás, prefirió presentar su dimisión dos meses antes de su jubilación ante la presión del Gobierno y del Banco de España para transformar el sector. Quintás era contrario a la intervención política en las decisiones de las cajas. Defensor a ultranza de las entidades de ahorro, consideraba que su bancarización podría desembocar en su privatización en un futuro no muy lejano, y posiblemente en la desaparición del sector como ocurrió en Italia.
EE UU vigila la fontanería del sistema
La intervención de Cajasur ha puesto en marcha el sistema de alarmas en EE UU. Es irónico, porque Cajasur representa apenas el 0,6% del sistema bancario por activos cuando en EE UU el Fondo de Garantía de Depósitos ha intervenido, sólo en lo que va de 2010, 73 entidades que representan el 4,7% de los activos totales bancarios del país y el 5,5% de los depósitos, informa Ana B. Nieto.Pero tal y como se percibe el problema, la perspectiva varía porque a la mayoría de los analistas les preocupa que Cajasur es sólo la segunda intervención de una entidad, cuando en España se ha vivido con una de las mayores burbujas inmobiliarias del mundo. Sin considerar la pobre gestión de la caja cordobesa, su situación ha hecho pensar que debe haber más problemas porque la banca no ha reconocido las pérdidas inmobiliarias reales y el gran ajuste está por llegar en un momento delicado. El informe del FMI aconsejando cambios de calado en las cajas ha confirmado esas dudas. Mohamed El Erian, de Pimco, el mayor gestor de renta fija del mundo, dijo en la televisión que quienes "miramos la fontanería durante las últimas semanas hemos empezado a ver tensiones y las noticias de España son realmente el anuncio de que el sistema bancario europeo está bajo presión". Para el gestor, el problema es que la banca "termina ampliando los shocks en el sistema", lo que puede ser contagioso.
Los protagonistas
Isidro Fainé. Presidente de La Caixa y de la CECA. El artífice de los nuevos cambios en el sector
Es uno de los directivos del sistema financiero español más veterano e influyente. Fue nombrado presidente de CECA por unanimidad el pasado 20 de abril. Aunque su candidatura no fue oficializada hasta el último día, su postulado en la sombra estuvo rodeado de polémica, e incluso derivó en la dimisión de su antecesor, Juan Ramón Quintás. Fainé, de hecho, nunca pensó en postularse para este cargo. Pero fue el Gobierno quien, conociendo su influencia en el mundo económico e incluso político, sobre todo en Cataluña, le convenció para presentarse y así ayudar tanto al Banco de España como al propio Ejecutivo a reestructurar las cajas.Tras su elección, el sector ha sufrido una auténtica revolución, y ha logrado finalizar la reforma del gremio en el plazo marcado por el Gobierno. Su influencia ha sido tal que incluso los cambios en la ley de cajas parece que se producirá sin demasiados altibajos. Partidario de los "trajes a medida", defiende, como el Banco de España, las cuotas participativas con derechos políticos y la bancarización del sector a través de la creación de bancos u otros vehículos, como corporaciones industriales, que permitan a estas entidades capitalizarse en Bolsa, la gran asignatura pendiente de estas entidades.
Rodrigo Rato. Presidente de Caja madrid y vicepresidente de CECA. El hombre de peso de las cajas en el Partido Popular
Llegó a la presidencia de Caja Madrid hace apenas cuatro meses. Su nombramiento también estuvo rodeado de polémica. Fue ex ministro de Economía en el Gobierno del PP de José María Aznar. Durante su paso por el ministerio fue el responsable de elaborar la ley financiera, en la que se incluyó limitar al 50% el peso político en las cajas, aunque de poco ha servido. También fue quien articuló la escasa legislación existente en España sobre los SIP. Aprobó, además, que Cajasur abandonara la tutela de Andalucía para pasar a depender de su ministerio, con el argumento de ser una caja creada por la Iglesia, como Círculo de Burgos y CAI.A su paso por el FMI se realizó el primer informe de este organismo sobre el sistema financiero español. Las recomendaciones fueron dar derechos políticos a las cuotas participativas -posición que defiende como vicepresidente segundo de CECA- y que estas entidades vendieran sus carteras empresariales. Su paso por Economía y por el FMI le han proporcionado una gran experiencia en el mundo de las cajas. La entidad que preside quiere ahora aprovechar las oportunidades que se presenten en el sector para crecer y, si puede, alcanzar a La Caixa. Pese a la oposición del Gobierno valenciano, en círculos financieros apuestan por una alianza entre Bancaja y Caja Madrid a medio plazo.
Amado Franco. Presidente de Ibercaja y vicepresidente de CECA. El defensor de mantener el estatus sectorial
Podría haber sido el gran perdedor del sector, pero al final el entendimiento y la necesidad de mostrar una imagen de unidad sectorial en un momento tan delicado como el actual logró salvar la crisis interna de CECA. Fue el primer candidato oficial para sustituir a Juan Ramón Quintás. Contaba con el apoyo de todo el sector, pero la intervención del Gobierno a favor de Isidro Fainé cambió el escenario. La influencia de la comisión ejecutiva de CECA -sobre todo de cuatro de sus seis miembros, Fainé, Rato, Medel y Egea- convenció al sector para apoyar al presidente de La Caixa. Franco, que lleva más de 40 años en Ibercaja, logró, no obstante, ser nombrado vicepresidente primero. Pero para aceptar el cargo y renunciar a presentar candidatura en el último momento en favor de Fainé, hizo firmar a la comisión ejecutiva un documento recogiendo los cambios que él considera que debe abordar el sector. Es contrario a un cambio jurídico de las cajas, y pide limitar la emisión de cuotas participativas con derechos políticos. En la discusión sobre las propuestas de CECA a la ley de cajas dio un puñetazo en la mesa y recordó el documento firmado. Varios miembros de la comisión ejecutiva proponían la creación de fundaciones al modelo italiano, a lo que se opuso rotundamente. Considera que ese sería el final de las cajas.
Braulio Medel. Presidente de Unicaja y vicepresidente de Ceca. El gestor más influyente del PSOE en el gremio
Pocas cosas ocurren en el mundo de las cajas sin que Braulio Medel sea consultado o, cuanto menos, informado. El presidente de Unicaja cumplirá el próximo ejercicio 20 años al frente de la entidad malagueña. Su experiencia política como viceconsejero de Economía de la Junta de Andalucía y su etapa como máximo responsable de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) le han convertido en un referente del sector, especialmente para el Partido Socialista. Desde que comenzara el proceso de reestructuración de las entidades de ahorro, Unicaja ha intentado llevar a cabo tres procesos de integración, dos de los cuales no cuajaron y acabaron con la intervención del Banco de España: Cajasur y CCM. Tan sólo la absorción de la pequeña Caja Jaén ha salido adelante. Aunque algunas voces le han acusado de ser demasiado inflexible en las negociaciones, siempre ha defendido que su único interés ha sido mantener los excelentes parámetros de solvencia y eficiencia de Unicaja.En el proceso de renovación de la presidencia de la CECA, apoyó en la sombra la candidatura de Isidro Fainé, al entender que el presidente de una gran caja (La Caixa, en este caso) sería mejor interlocutor para pactar con las fuerzas políticas las reformas legales en este sector.
Carlos Egea. Presidente de Cajamurcia. El intermediario de CECA en la sombra
Siempre en un segundo plano, pero siempre presente. Carlos Egea se ha convertido en los últimos años en una pieza fundamental en el entramado de las cajas. El presidente de Cajamurcia -una entidad mediana pero con muy buenos datos de solvencia- ha participado, desde su cargo de secretario del consejo de la CECA, en todas las decisiones clave de este organismo. Aunque en un principio defendió que el nuevo presidente de la patronal procediese de una entidad de tamaño medio, como era tradición, acabó proponiendo la solución de consenso de nombrar a Isidro Fainé (La Caixa) presidente y a Amado Franco (Ibercaja) vicepresidente. En el baile de las fusiones ha probado suerte con varios partenaires pero, hasta el momento, no ha prosperado ninguna fusión. Diversas fuentes apuntan a que Egea quiere liderar cualquier proceso en el que participe, lo que le habría alejado de la alianza con Cajastur (presidida por otro directivo con carácter, Manuel Menéndez). Respecto a la reforma del sector, el presidente de Cajamurcia fue de los primeros en defender la necesidad de dotar de derechos políticos a las cuotas participativas, para hacerlas más atractivas. Tampoco teme el uso de fichas de bancos para que las cajas tengan acceso al capital de los mercados.