La banca combate el lastre del boom inmobiliario
La crisis ha disparado la morosidad y las provisiones para cubrir la exposición al sector del ladrillo y ha desatado, aunque con retraso, las fusiones de cajas, las más vulnerables
El camino está siendo largo, pero la banca española sigue manteniendo el tipo dos años después del estallido de la crisis. Los frentes abiertos son aún muy numerosos y, en algunos casos, la debilidad es patente. De hecho, el sector se enfrenta al avance imparable de la morosidad -si bien el crecimiento de los impagos ha moderado su velocidad en los últimos meses-, a las fuertes provisiones que son necesarias para prevenir mayores riesgos, derivados de todos los inmuebles que el pinchazo inmobiliario ha dejado de herencia en el balance de los bancos, y a la debilidad del negocio, propia de tiempos de crisis económica, y acentuada por unos tipos de interés en mínimos históricos, del 1% desde mayo del pasado año, que juegan en contra del beneficio bancario.
Bancos y cajas de ahorros están ahora sufriendo en su cuenta de resultados las consecuencias de los riesgos asumidos, con mayor o menor ligereza, en el sector inmobiliario. La época del dinero rápido del negocio del ladrillo tocó a su fin y hace más de un año que la banca comenzó a purgar los excesos. El balance de 2009 dejó una única entidad financiera intervenida por el Banco de España, la Caja Castilla La Mancha, aunque en el cuarto trimestre ya eran 20 entidades de ahorro las que arrojaban números rojos, mientras los bancos, mejor pertrechados, anunciaban recortes generalizados en sus ganancias.
El sector financiero ha realizado ya un importante esfuerzo en provisionar sus riesgos en el sector inmobiliario, siguiendo las exigencias del Banco de España, pero la travesía del desierto aún no se ha completado y en los próximos meses se verá con mayor nitidez qué entidades serán capaces de sortear con mayor holgura el pesado lastre del pinchazo inmobiliario y cuáles no. La consultora Richard Ellis calcula que, a finales de este año, la banca española tendrá en balance activos inmobiliarios por valor de 100.000 millones de euros, procedentes de las adquisiciones realizadas en los primeros tiempos de la crisis, como fórmula con la que evitar la entrada en mora de los créditos a promotores, y de las adjudicaciones de inmuebles embargados. La firma estima que al menos el 20% de esas viviendas no encontrarán comprador y se traducirán por tanto en una pérdida para la entidad. Y ante este foco latente de números rojos, el Banco de España ha requerido a las entidades que doten al 30% los inmuebles en balance a partir del primer año de su contabilización. Un grado de exigencia que amenaza con llevarse por delante los resultados de las entidades más débiles.
El valor de los inmuebles en balance podría alcanzar los 100.000 millones de euros en 2010
La morosidad del sector financiero español está en el 5,39%, la más alta desde noviembre de 1995, y asciende al 5,43% en las cajas de ahorros, frente al 5,29% de los bancos. Sin embargo, algunos analistas insisten en la existencia de morosidad no contable, la que late en los activos inmobiliarios, aunque esto no suponga que deban ser morosos en su totalidad.
Fusiones en marcha
Bancos y cajas se esfuerzan en sortear los obstáculos. Pero en algunos casos la debilidad no deja más remedio que buscar el apoyo de una entidad más fuerte, una solución que está dando lugar a un intenso proceso de reordenación en el mapa de las cajas de ahorros. Una vez intervenida CCM, ha caído en brazos de Cajastur. Y los procesos de fusión se multiplican en todas las comunidades autónomas, en especial en aquellas con mayor número de entidades, como Cataluña y Andalucía. Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa han cerrado su fusión y, en paralelo, Caixa Sabadell, Terrassa y Manlleu se han unido para crear una nueva entidad de ahorro denominada Unnim, un proceso del que se descolgó a última hora Caixa Girona.
Unicaja, tras acordar su fusión con Caja Jaén, mantiene avanzadas negociaciones con Cajasur. En Castilla y León, Caja España y Caja Duero han dado el visto bueno a su integración, y en Galicia, después de meses de agria polémica y de los intensos esfuerzos de la Xunta, Caixanova ha accedido a iniciar conversaciones formales para su fusión con su rival Caixa Galicia. Junto a las fusiones en su versión más clásica, ha surgido también una variante con la que sortear los obstáculos políticos a las fusiones interregionales. Son las denominadas fusiones frías o virtuales, en las que se unifican los sistemas de riesgos o la tesorería, pero no los órganos de gobierno ni la obra social.
Sin embargo, a pesar de que el proceso de concentración de las cajas ya parece imparable, su puesta en marcha ha sufrido un notable retraso, que ha restado capacidad de reacción ante la crisis.
El componente político de las cajas de ahorros se ha puesto de manifiesto a la hora de diseñar un nuevo mapa para el sector y de dejar vía libre a las entidades de ahorro para buscar nuevos compañeros de viaje. Y a esto se ha sumado la demora con que se aprobó el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el instrumento con el que se tutelará a las entidades financieras en dificultades y a través del que se canalizarán las ayudas públicas, un respaldo con el que cuentan la gran mayoría de cajas que han abordado proyectos de fusión.
Las cajas de ahorros se revelan, por tanto, como el eslabón más débil del sistema financiero español. La consultora PricewaterhouseCoopers (PwC) cifraba recientemente entre 30.000 y 50.000 millones de euros las necesidades de recapitalización del sector de ahorro.
Mientras tanto, los bancos, también con su lastre inmobiliario a cuestas, permanecen atentos a las oportunidades de negocio que se dejen por el camino las cajas.
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Una guerra sin tregua por captar depósitos
Si hay algún ganador claro del torbellino en el que está sumida la banca desde el estallido de la crisis, es el cliente bancario con recursos. Las entidades financieras compiten duramente por captar a la clientela más solvente y por atraer el mayor volumen posible de depósitos, que se han convertido en alternativa imprescindible para captar financiación. La obtención de recursos en el mercado de capitales se ha encarecido para la banca española, en especial para las entidades con menor pedigrí entre los inversores. La alternativa está entonces en captar depósitos y en ofrecer una remuneración superior a la del rival, aunque no todos pueden competir por igual.Santander y Sabadell ofrecen depósitos a un año al 4% para los nuevos clientes, con inevitables requisitos de vinculación. Popular remunera ese plazo al 3,75% y Caja Madrid, al 3,5%, sin requisito de importe mínimo. Ganar cuota de mercado en recursos depende de tener la capacidad para hacer la mejor oferta.