'Mix' energético sostenible económicamente
Estas últimas semanas, los defensores de las diferentes tecnologías están manteniendo un debate público donde cada uno expone las virtudes de las fuentes energéticas que representa. El objetivo de este artículo no es defender el gas natural a toda costa, ante cualquier otra energía. Lo que me gustaría transmitirles es la necesidad de crear un debate público coherente y que sea capaz de generar ante la opinión pública una visión real sobre el funcionamiento del sistema energético en nuestro país.
El sector gasista español defiende un modelo energético de futuro equilibrado, donde todas las energías tengan cabida. æpermil;ste mix debe ser flexible y operable, garantizar el suministro, de un alto valor tecnológico y sostenible tanto a nivel ambiental como económico. Este último elemento es indiscutible teniendo en cuenta la situación que atraviesa nuestro país.
Desde el sector gas consideramos que el rol de las energías renovables es importante, pero recordamos que son energías con alta variabilidad y baja predictibilidad que requieren de otra energía de respaldo.
Las centrales de ciclo combinado, son el garante de la cobertura de la demanda eléctrica por disponer de rendimientos muy elevados, utilizando el gas natural por ser la energía tradicional más eficiente y por tener un impacto ambiental menor que el resto de energías de origen fósil.
En 2009, el 29% de la generación eléctrica española tuvo como origen estas centrales, seguidas de la energía nuclear (18%), carbón (13%) e hidráulica (8%), principalmente.
Contrariamente a lo que el sector renovable nos quiere demostrar, estas fuentes energéticas son más caras que las convencionales y, efectivamente, se demuestra en cuanto se computan todos los costes del sistema.
El coste de la generación eléctrica es una de las partidas más importantes de gran parte del sector industrial. El sector energético debe velar por mantener un mix económicamente sostenible que ayude a la economía española a ser competitiva internacionalmente. De otra forma, España continuará perdiendo puntos en el ranking de las economías europeas.
Según datos de la CNE, el coste de la energía eléctrica en 2009 en España aumentó en un 1,8 %. Este incremento se produjo a pesar del notable descenso del coste de producción del régimen ordinario (-41%) ya que, simultáneamente, hubo un aumento del 58% de las primas a las energías renovables.
Las energías renovables ingresan por su generación eléctrica el mismo precio del mercado que se retribuye a cualquier otra fuente de generación y, además, unas primas que en 2009 han ascendido a 5.138 millones de euros. Estas primas significan que cuando el coste unitario del régimen ordinario ha sido de 38 euros/MWh, el coste total de las renovables ha sido de 126 euros/MWh de media (3,3 veces más), siendo el coste de la eólica, 81,5 euros/MWh y el de la solar 468 euros/MWh.
La mayor responsabilidad de este sobrecoste recae en la energía solar, que en 2009 recibieron 2.900 millones de euros aportando una producción al sistema del 2,5%. Actualmente, la totalidad de las primas a las renovables supone un tercio de la tarifa eléctrica que paga el consumidor.
El resultado de todo esto, según fuentes de Eurostat, es que España ha perdido competitividad en el precio de la electricidad respecto a UE 27.
La factura doméstica ha pasado de ser un 4% inferior a la media europea, a un 4% superior, mientras que la industrial ha pasado de situarse un 11% por debajo a quedarse a la par.
Esta realidad no queda paliada, en ningún caso, por los datos macroeconómicos que el sector de las renovables dice aportar como compensación de dichas primas y que todo sector productivo comporta.
Las primas deben estar dedicadas a I+D+i con el objeto de acelerar la curva de aprendizaje de las nuevas tecnologías y fomentar el desarrollo de producto para generación eléctrica, en España. El mix energético debe ser equilibrado para asegurar la cobertura de la demanda en cualquier momento del día. En este sentido, la tecnología de los ciclos combinados hace operable al sistema a causa de su rápida capacidad de arranque y parada ante cualquier variabilidad de la demanda.
La alta variabilidad y la baja predictibilidad de las energías renovables, implica que la potencia instalada debe estar duplicada. Por cada 100 MW de potencia renovable son necesarios 100 MW de potencia de energía tradicional.
Tener que duplicar la potencia instalada implica retribuir unas infraestructuras gasistas infrautilizadas y unos contratos firmes de gas que también tienen un bajo grado de utilización y cuyo coste debería ser imputado al coste total de las energías renovables.
El suministro de gas es fiable, continuo y seguro. La seguridad energética viene dada por la diversificación en orígenes y rutas.
El sistema gasista español dispone de uno de los suministros más abiertos y seguros de Europa, por su diversidad de fuentes. En 2009 el gas natural llegó a España procedente de 11 mercados diferentes, una cifra sorprendente si tenemos en cuenta que gran parte de los países de Europa dependen de un único proveedor.
Antoni Peris. Presidente de la Asociación Española del Gas, Sedigas