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Columna
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El negocio debilitado de Punch

No puede haber despedida más deprimente para un consejero delegado que ver como el precio de las acciones de su compañía suben con la noticia de su marcha. Giles Thorley se endeudó en cantidades heroicas para construir las tabernas Punch. Como otras cadenas de pubs, Punch ha sido golpeado por el alza de impuestos al alcohol, las restricciones a la conducción en estado de embriaguez o la guerra de precios de los supermercados. Thorley se quejó de todo esto, pero fue su ingeniería financiera la que debilitó el negocio.

Necesita desesperadamente dinero. Ha vendido 50 pubs en un mes para cancelar deuda. JP Morgan calcula que debe encontrar 58 millones de libras el próximo año para cumplir con el programa. De lo contrario, los prestamistas se pueden quedar con varias propiedades. Las ventas de pubs han estado razonablemente cerca del valor de libros, pero en las condiciones actuales, sólo se venderán los mejores. La sospecha es que muchos no valen nada. Los accionistas ya se han aprovechado una vez: Thorley sumó 350 millones a 100 peniques la acción a medida que el precio se recuperaba el pasado verano. Entonces, cotizaba con un descuento del 35%. Ahora está por debajo.

En octubre, Punch repartió 4,4 millones de opciones sobre acciones a 90 peniques cada uno para "motivar" a los altos ejecutivos, incluido Thorley. Claramente, él no estaba motivado. Los accionistas esperan que Roger Whiteside y Mike Tye si lo están. La ventaja es que saben más del negocio de pubs que de ingeniería financiera. Tal vez por eso, las acciones subieron el martes.

Por Neil collins

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