Estar en el lado acertado del mundo
A medida que nos adentramos en esta nueva década, hay una serie de lecciones que como inversores podemos aprender de los últimos diez años. Las dos claves que destacan son la relevancia geográfica y la importancia de una buena cultura de inversión. Es importante estar en el lado correcto del "brutal diferencial de crecimiento", entre el Este, en vías de desarrollo y el Oeste, industrializado. Para los inversores en empresas que se adaptaron al cambio global y que están bien posicionadas en las economías en desarrollo como China, la última década ha sido excepcionalmente rentable. El éxito de empresas con solvencia, activos y marcas únicas como BHP Billiton y Colgate-Palmolive, son prueba de ello. Esta situación contrasta con la de inversores anclados en EE UU y Reino Unido. Un ejemplo contundente es el declive de la industria automovilística en EE UU y del acero en Europa. Esta situación se mantendrá en la próxima década: la divergencia entre ganadores y perdedores se pronunciará aun más.
La segunda lección importante para los inversores es centrarse en empresas que se comprometen a tener una cultura de renta variable apropiada, que se esfuerzan en ofrecer beneficios superiores a largo plazo para sus accionistas, en vez de marcar objetivos según el panorama económico. En esta última década, hemos aplicado esta estrategia y hemos sido recompensados; cuando nos hemos desviado, hemos pagado. Creo que el propósito primordial de los mercados de renta variable es ofrecer financiación a empresas bien gestionadas para que produzcan bienes y servicios. No deberían ser simples casinos para especuladores. No dudo que en los próximos años, la volatilidad del mercado añadirá valor a las empresas adecuadas a los inversores pacientes dispuestos a mantener una postura a largo plazo.
Graham French. Gestor de M&G Global Basic Funds, de M&G Investments