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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La Quinta Columna en el seno de las cajas de ahorros

La Quinta Columna en el seno de las cajas de ahorros
La Quinta Columna en el seno de las cajas de ahorrosEFE

Pese a lo sucedido el miércoles en el consejo de la CECA, con la dimisión de su presidente, Juan Ramón Quintás, y de aplazarse al 20 de abril la elección de su sustituto, Amado Franco mantiene su candidatura. El presidente de Ibercaja desconoce "qué candidaturas alternativas puede haber" para sustituir a Quintás. Tras reposar los acontecimientos del día anterior, Franco asegura que su proyecto es "preservar el ADN del modelo de las cajas: tener una personalidad jurídica propia".

El presidente de Ibercaja dice que su objetivo es, además, mantener "el compromiso con el desarrollo económico y social de los territorios donde actúan, además de la obra social. Y por otro lado, introducir las actualizaciones normativas oportunas para dotar a las cajas de capacidad para competir en el nuevo escenario financiero, pero sin perder sus rasgos básicos y distintivos". En declaraciones a este periódico, Amado Franco asegura que uno de los proyectos que defenderá es "la figura de cajas para los procesos de fusión que requieran de instituciones intermedias (SIP) y facilitación de instrumentos de apelación a los mercados que permitan obtener capital sin cambiar la naturaleza jurídica de las cajas".

Quintás, mientras, aprovechó su salida de la CECA para regresar ayer a Madrid desde Sevilla. Nada más llegar se dirigió al Banco de España. Tenía que explicar por qué ha dejado su cargo. Su salida abre un frente sectorial. Se hacen más patente las diferentes estrategias y pretensiones de las más grandes frente a las más pequeñas, las que necesitan los servicios de CECA. Aunque esto puede reconducirse, explican varias cajas.

Isidro Fainé cuenta en este momento con el respaldo de al menos 25 cajas

"Si mi continuidad en el cargo va a suponer una interferencia para nombrar a mi sucesor, yo no voy a interferir en el proceso de la elección. Desde este mismo momento dejo de ser el presidente de la CECA", aseguró Quintás en el consejo de esta asociación. Su afirmación quedó flotando en el aire. Aunque antes de que se dirigiera a dar una rueda de prensa los consejeros le pidieron que no comentara esta decisión. Y así lo hizo pero, como suele ocurrir y es lógico, su decisión se filtró. Quintás había dimitido. Sus argumentos fueron varios. Si el problema para elegir a un nuevo presidente "es que tiene que estar vacante mi puesto lo dejo desde ahora", dijo. Y añadió que para ser coherente con los principios que había defendido siempre tenía que abandonar su cargo porque en el actual proceso de elección "se han producido injerencias políticas". Y por último, explicó que su salida no suponía ningún problema para CECA, ya que hay cuatro vicepresidentes y un director general.

Como antesala a esta decisión se acumulaban una serie de acontecimientos concentrados en las dos últimas semanas, aunque alguna de ellas se llevaba fraguando desde hace varios meses, aunque no se concretaron hasta hace dos semanas. Algo que sospechaba el ex presidente de la CECA, según afirman algunos de sus defensores en el sector, y que el martes -en la cena organizada por la caja anfitriona, Cajasol, anterior al consejo de la confederación- ya dejó entrever, según varios asistentes. La semana pasada, igual que sucedió con Isidro Fainé, presidente de La Caixa, Quintás recibió la llamada de la vicepresidenta económica, Elena Salgado, para que apoyara a Fainé y no a Franco para sustituirle, lo que Quintás rechazó con el argumento de que él no propone a nadie. "Sólo soy un facilitador del proceso", dice a quien le pregunta sobre su papel en su relevo.

Como discurso en la cena del martes, Quintás se refirió al significado del No-do, logotipo del Ayuntamiento de Sevilla. El símbolo, similar a un ovillo, significa No-madeja-do, palabras pronunciadas por Fernando III cuando conquistó Sevilla a los árabes y con las que se referencia a la ayuda divina de la Virgen en su acción. Con este símil pidió al sector que estuviera unido. También habló de las hecatombes empresariales del siglo pasado y principios del actual en EE UU, y de la Quinta Columna. Esta expresión se atribuye al general Emilio Mola, al referirse en 1936 al avance de las tropas sublevadas en la guerra civil española hacia Madrid. Mola dijo que mientras bajo su mandato cuatro columnas se dirigían a Madrid, había una quinta que trabajaba clandestinamente en pro de la victoria franquista.

Desde que el presidente de Ibercaja, Amado Franco, decidiese presentar su candidatura para sustituir a Quintás, hasta que se conoció que Salgado había sugerido a Isidro Fainé que optase a presidir la CECA, todo el sector había confirmado su apoyo al aragonés. La intervención del Gobierno fue decisiva para dar un giro a lo que parecía una elección de carril. Fainé, y sobre todo, Braulio Medel, de Unicaja, además de Rodrigo Rato, de Caja Madrid, comenzaron a buscar respaldo a esta candidatura. Contaron también con el apoyo del PP, PNV y CiU. Pero faltaba tiempo. Fuentes del sector y también de diferentes Gobiernos autonómicos aseguraron que recibieron llamadas del Gobierno y de Cristóbal Montoro. El Ejecutivo se dedicó a llamar a las autonomias socialistas, y Montoro a los presidentes de las cajas del PP. Había que apoyar a Fainé. Quedaba claro, el presidente de La Caixa es el hombre elegido por el Gobierno y por las mayores entidades para negociar la reestructuración del sector y los cambios de la Ley de ârganos Rectores de las Cajas (Lorca) que se abordará a partir de junio. También por el Banco de España, quien espera que La Caixa y Caja Madrid sean protagonistas activas en la reestructuración del sector, sobre todo en la segunda oleada de fusiones, una vez que se haya reducido el número de entidades y todas, o casi todas estén saneadas, pero necesiten ganar más dimensión.

La idea de Fainé, que ahora cuenta con el apoyo de 25 cajas, es permanecer dos años en la presidencia de CECA. El Gobierno, lo mismo que el supervisor, confían en Unicaja y en su presidente, vinculado al PSOE, pero con buenas relaciones con el PP: Medel tiene una gran experiencia en el sector y su grupo es uno de los más sanos del sector. Apuesta por las fusiones y tiene un tamaño oportuno para convertirse en una de las cajas grandes y es la cabeza estratégica de las entidades socialistas. Tanto Fainé, como Rato y Medel, como José Luis Olivas, de Bancaja, o Carlos Egea, de Caja Murcia -integrantes de la comisión ejecutiva de la CECA-, son defensores de las cuotas participativas, instrumento similar a las acciones pero sin derechos políticos.

Este producto puede convertirse en una vía fundamental para captar recursos propios por las cajas. Es una de las piezas claves que el Gobierno quiere modificar cuando se aborde el cambio de la Lorca. Varias fuentes del sector y de bancos de inversión aseguran que ya existe un borrador sobre sus posibles modificaciones. Dar derechos políticos, eliminar el límite del 5% de emisión por parte de una caja, e incluso poder ser una herramienta para bonificar a los gestores por buenos resultados, o ser la moneda de cambio para la compra de otra caja o entidad, son propuestas que están sobre la mesa. Algo que podría dar un giro al sector.

Fainé ha puesto como condición para presentar candidatura contar con una mayoria amplia de consenso en el sector. Si no es así no optará al cargo. Entonces sería Medel el que optase al puesto, según varias fuentes que apoyan a Fainé. Franco, mientras, se mantiene firme. Le apoyan las cajas más pequeñas. Franco también cuenta con el respaldo del presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias. El presidente de la Federación de Cajas de Castilla y León y de Caja Ávila, Agustín González, lamentado la dimisión de Quintás, y apostó por un candidato que tenga su "perfil". Sa Nostra considera que la persona que sustituya a Quintás tiene que ser elegida "con el máximo consenso" y debe responder a un perfil profesional, lo mismo que argumentaron Caixanova y las cajas pequeñas.

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