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El CDTI avala a La Rioja Alta

Las bodegas de Rioja se suman a la innovación

Las bodegas de Rioja quieren modernizarse y aprovechar las ventajas competitivas que les puede dar la innovación. La Rioja Alta, una sociedad con 120 años de historia, ha recibido el aval del CDTI a su plan de I+D+i que le llevará a invertir 1,4 millones para mejorar todos su parámetros productivos, tanto en bodega como en el campo donde se ubican sus viñas.

Mantener la tradición de elaborar vinos de calidad mejorando todos sus procesos le llevó en 2008 a La Rioja Alta, una de las sociedades de referencia en Rioja y con presencia en otras denominaciones de origen españolas, a una reflexión estratégica para poner en marcha un plan de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) puntero en su sector.

El proyecto, con una inversión de 1,4 millones de euros en tres años, ha sido validado por el CDTI que le ha concedido un préstamo reintegrable a 10 años superior a 1,2 millones, que incluye una subvención a fondo perdido del 15%. El plan, novedoso en el sector vitivinícola, pivota sobre tres grandes líneas de actuación.

La primera de ellas tiene su ámbito práctico en la bodega y supone la mecanización de la trasiega de los caldos y, también, cuándo se visualiza el "turbio" del vino sin necesidad de la luz de una vela, tal y como se realiza actualmente. Para ello, La Rioja Alta cuenta con la colaboración del Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL).

El proyecto tiene tres líneas de actuación, tanto en la bodega como en el campo

La segunda incide en el área de la viticultura. La firma riojana tiene previsto instalar una red de estaciones meteorológicas para controlar al minuto, entre otras variables, la humedad del aire y del suelo con el objetivo de poder predecir potenciales plagas que puedan afectar a las viñas y a su futura producción. En esta línea cuentan con el apoyo de Neiker Tecnalia, el instituto tecnológico del Gobierno vasco para el sector agroalimentario. Neiker, junto con el Departamento de Analítica de la Universidad del País Vasco, también está trabajando en un proyecto encargado por la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (Abra) para evaluar la calidad de la uva destinada a su elaboración y posterior embotellamiento.

El ámbito enológico es la tercera pata del plan de actuación en I+D+i de la centenaria bodega con sede en Haro. La Rioja Alta instalará en los depósitos y en las barricas de crianza sensores para medir la cantidad de oxígeno que se genera en la fermentación del vino para evaluar así la bondad o no del proceso y proceder, si fuera necesario, a su rectificación.

Proyectos con la universidad

Los proyectos de investigación han tenido un cierto recorrido en el grupo La Rioja Alta durante los últimos años, aunque se han acelerado a lo largo de 2009. Sus colaboraciones con distintas universidades, sobre todo las vinculadas al País Vasco y La Rioja, ha sido ha sido constantes. Así ha destinado importantes partidas presupuestarias con el objetivo de mejorar sus procesos de producción.

La actual situación del mercado, con una reducción de las ventas de vino, no ha rebajado el empeño de algunas bodegas de La Rioja por mantener la calidad de sus caldos aplicando las nuevas tecnologías. Las inversiones estimadas en este campo por las empresas del sector han superado los 30 millones.

Una firma vitivinícola con una historia centenaria

La Rioja Alta es un grupo riojano con una historia centenaria. La bodega, con sede social en Haro, fue fundada en 1890 por un grupo de inversores procedentes del País Vasco y es una de las más antiguas con denominación de origen Rioja. En los últimos 20 años ha experimentado un considerable crecimiento con la puesta en marcha de nuevas bodegas lo que ha propiciado su entrada en otras denominaciones de origen. En la actualidad cuenta con una plantilla de 260 personas incluyendo las que trabajan en el cultivo de la vid, en la elaboración de los vinos y en su comercialización. Su facturación media anual en el periodo 2004-2009 ascendió a unos 30 millones de euros, de los cuales un 25% correspondieron a la exportación.El grupo es propietario de Lagar de Fornelos, una bodega acogida a la denominación de origen Albariño. También de Aster, en Ribera del Duero, que elaboró sus primeros vinos de crianza y reserva hace poco más de ocho años. En Rioja, es propietaria de la Rioja Alta, cuyas marcas de referencia, entre otras, son Viña Ardanza, Viña Alberdi y 904, con instalaciones en Haro y una planta de producción en el colindante termino municipal de Labastida (Álava). A principios de 2000 se hizo con el control de Bodegas Torre de Oña en Páganos, una pedanía de Laguardia (Álava). Cuenta con oficinas comerciales en EE UU, Alemania y ha inaugurado recientemente otra en el Reino Unido. El pasado año adquirió su red de distribución en Madrid.

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