EE UU advierte que el crédito comercial es el nuevo agujero de la banca
"En los próximos años, una oleada de impagos de créditos inmobiliarios comerciales puede amenazar al todavía débil sistema financiero americano". Con esta línea tan inquietante como rotunda se abren las conclusiones del último informe del TARP hecho por el Panel de Vigilancia del Congreso.
El TARP es como se conoce al rescate del Estado a la banca. Según este panel, liderado por la catedrática de Harvard, Elizabeth Warren, existe mucha preocupación en su equipo porque la situación en el mercado inmobiliario comercial "va a comprometer la estabilidad de muchos bancos, particularmente los de tamaño medio y pequeño" que han sido los que más se han financiado a las pymes. Se calcula que casi 3.000 de las 8.500 entidades financieras de EE UU se van a ver afectadas.
Según este informe, entre 2011 y 2014 vencerán deudas valoradas en 1,4 billones de dólares (1,02 billones de euros) y la mitad de estos créditos están, como se dice en EE UU, underwater, es decir, que el valor de la propiedad está significativamente por debajo del total del préstamo.
El equipo de Warren afirma que las pérdidas a las que se enfrentarán los bancos variarán entre 200.000 y 300.000 millones de dólares (146.000 y 220.000 millones de euros) cuando se hayan terminado de vencer los plazos de pago de estos créditos.
Es algo que no estaba contemplado en los test de fortaleza (stress test) que se hicieron a la banca puesto que solo se contemplaron escenarios hasta 2010 y, además, la banca mediana no tuvo que someterse a esos análisis.
El cuadro que pinta este panel es pesimista. "Una ola significativa de mora en este sector puede afectar a todos los americanos. Habrá complejos de oficinas, hoteles, y centros comerciales vacíos. Los embargos en apartamentos pueden echar a familias de sus hogares aunque no haya dejado de pagar nunca".
Suma de riesgos
El panel de supervisión del TARP afirma que los bancos han multiplicado el riesgo de sus carteras con créditos comerciales. Estos préstamos se duplicaron en tres años y ahora que los precios han caído más de un 40% desde 2007, estas carteras afrontan un serio revés.