Las dudas sobre Grecia suponen un lastre para el euro. Desde el máximo histórico por encima de los 1,60 dólares que alcanzó en julio de 2008, la moneda única se deja cerca de un 12% frente al billete verde. Los expertos aseguran que la divisa europea seguirá a la baja hasta que se pongan en práctica las medidas anunciadas por el Gobierno heleno para reducir el déficit y la Unión Europea las valore.
Las dudas de los inversores se han reforzado tras que China ha pedido a sus entidades financieras que pongan coto a su política crediticia, algo que puede perjudicar tanto al crecimiento de la economía china como a la evolución de la economía internacional.
Sube la prima de riesgo
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La desconfianza entre los inversores vuelve a cotas que parecían olvidadas. La rentabilidad de la deuda a 10 años de Grecia se sitúa hoy en el 6,16%, frente al 3,22% que ofrece la alemana. El diferencial supera por tanto los 293 puntos básicos y se sitúa muy cerca del máximo de 300 que se alcanzó en marzo del año pasado, cuando se marcó el punto álgido de tensión tanto en las Bolsas como el mercado de crédito. La principal razón del incremento del diferencial se debe a que el rendimiento del bono griego a 10 años está experimentando un brusco aumento de 24,1 puntos básicos.
El regreso de la desconfianza al mercado de crédito se produce tras las reiteradas advertencias por parte de las agencias de rating sobre Grecia. Ayer, Marko Mrsnik, director asociado de Standard & Poor's, aseguró en una entrevista con Reuters que la calificación de crédito de Grecia podría reafirmarse en los próximos tres meses si el plan del recorte del déficit tiene éxito, aunque advirtió de riesgos que podrían presionar al Gobierno a mitigar el plan.
La situación es similar en el resto de las economías periféricas de la Unión Europea. Así, la prima de riesgo de los bonos portugueses aumenta hasta los 92,3 puntos básicos; la de los irlandeses se incrementa hasta los 161,3; y la de los españoles, hasta los 79,6. Aunque este último nivel se sitúa lejos de los máximos marcados en marzo de 2009, cuando el diferencial de rentabilidad frente a los bonos alemanes se situaba en los 128,0 puntos.