Ofensiva española para captar al turista chino de renta alta
China se ha convertido en un objetivo prioritario para atraer turistas a España. Pese a que apenas llegaron 87.000 visitantes en 2008 (el 0,2% del total), el volumen se ha multiplicado por cinco en ocho años y con toda seguridad en 2009 se superarán por primera vez los 100.000 visitantes.
Y esa tendencia al alza se mantendrá en los próximos años, tal y como pronostica la Organización Mundial del Turismo, que augura que China se convertirá en 2020 en el mayor emisor de turistas del mundo, con más de 100 millones de viajes al extranjero. En una coyuntura en el que los grandes emisores a España (Reino Unido, Francia o Alemania) muestran claros signos de debilidad, el Gobierno ha puesto en marcha un plan para mejorar la posición de España como destino para los turistas chinos de renta alta. Los primeros cálculos estiman que hay 49 millones de visitantes que responden a ese perfil (un 3% de la población), de los que tan sólo dos optan por visitar algún destino europeo.
En la actualidad, España ocupa el quinto lugar en la Unión Europea, por detrás de Alemania, Reino Unido, Francia e Italia y el objetivo es alcanzar el primer puesto a corto plazo. Para ello, el Ejecutivo inauguró en diciembre una oficina de turismo en la región de Cantón, la segunda en China y la quinta en Asia, El secretario de Estado de Turismo, Joan Mesquida, justificó la elección de Cantón "por ser el motor económico y el principal foco emisor de turistas del país".
Los ejes del plan para China coinciden además con tres de los objetivos impulsados desde la Secretaría de Estado para mejorar la llegada de turistas: diversificación de mercados emisores (el 70% de los turistas vienen de Francia, Alemania o Reino Unido), desestacionalización (el 33% de los visitantes llegan entre junio y agosto) y búsqueda de visitantes que aporten un mayor gasto con el que compensar la caída en las llegadas.
El retrato robot que han confeccionado sobre el turista chino aporta soluciones a esos tres problemas: es un mercado emergente aún por explotar, lo que augura un crecimiento en el número de turistas potenciales; los visitantes optan por venir a España entre febrero y mayo, meses en el que el flujo turístico es bastante menor, y realizan un gasto durante su estancia (2.000 euros) que duplican a la media (907 euros). El turista medio chino viaja a Madrid, Barcelona y Andalucía, prefiere alojarse en hoteles de cuatro estrellas, suele ser de clase media-alta y pasa una media de 11 días durante su estancia, dos días más que la media.
Y los primeros pasos de esa ofensiva se van a dar a través de varias acciones promocionales. España va a contar con un pabellón en la Exposición Universal de Shanghai y va a incrementar un 70% el presupuesto en publicidad. Para ello ultima la creatividad de una nueva campaña de publicidad, que tratará de vender, además del sol y la playa, otros atributos como cultura, ocio o gastronomía.
Las ventas al exterior caen por primera vez en 13 años
El objetivo impuesto por el Ejecutivo de reducir el abultado déficit comercial de España le obligará a intensificar las relaciones comerciales con China, uno de los países emergentes con mayores perspectivas de crecimiento y del que procede hasta el 25% del desequilibrio comercial de España.Para corregir ese desfase, el Ejecutivo ha elegido a China como uno de los doce países que cuenta con un Plan Integral de Desarrollo de Mercado (PIDM). Los ejes de ese plan se basan en elevar la presencia de empresas españolas (apenas hay 600) y trasladar la implantación a Cantón, ya que es la zona más poblada de China y la que tiene un mayor PIB per cápita (5.000 dólares, el 50% más que la media china).Una iniciativa que trata de paliar el frenazo que han sufrido las exportaciones a China en 2009. Las ventas al exterior se han limitado a 1.606 millones de euros hasta octubre, lo que representa una caída del 15% en tasa interanual y el primer descenso registrado en trece años.