Los socios de los bufetes Hogan y Lovells ratifican su fusión
El respaldo al nuevo Hogan Lovells supera el 75%.
Los 566 socios del bufete estadounidense Hogan & Hartson y el británico Lovells aprobaron ayer la fusión de ambas firmas -anunciada el pasado 29 de octubre- y dieron así luz verde oficial al que será el noveno bufete de abogados más grande del mundo.
De la votación de los socios, que superó sin problemas el quórum del 75% que se había fijado como umbral necesario para respaldar la operación, nace una gran firma trasatlántica con unos ingresos totales de 1.760 millones de dólares, 2.574 abogados, 566 socios y 40 oficinas repartidas entre Estados Unidos, Europa, Asia, Oriente Medio y Latinoamérica. La unión de ambos bufetes, que pasarán a denominarse Hogan Lovells, será efectiva el 1 de mayo de 2010 y estará liderada por el actual presidente de Hogan & Hartson Warren Gorrell y el socio director de Lovells, David Harris.
Ser los primeros
Según explicó ayer José María Balañá, socio director de la oficina de Lovells en Madrid, la operación no está motivada por la búsqueda de un ahorro de costes, sino por el deseo de generar más negocio. "Queremos ser los primeros, lo que no quiere decir los más grandes o los más rentables, pero sí los mejores para nuestros clientes".
Balañá señaló que la nueva firma, fruto de una fusión "entre iguales", llena un hueco en el mercado de servicios legales. "Ningún despacho británico tenía hasta ahora mucha presencia en Estados Unidos y viceversa". También reconoció que las negociaciones entre ambos despachos han debido resolver aspectos como el sistema de remuneración de los socios -que será el estadounidense y no el modelo lockstep- o las monedas en que operará la nueva firma. "Estamos buscando un sistema que nos permita mantenernos al margen de las fluctuaciones de moneda, tanto si son positivas como negativas para nosotros", apuntó Balañá.
El socio director de Lovells en Madrid, que es miembro del Counsel de la firma, afirmó desconocer si ocupará un puesto similar cuando se produzca la integración. "Ahora lo importante es nos quedan al menos cuatro años de trabajo duro. Esta es una fusión cuyos frutos disfrutarán plenamente la siguiente generación de abogados", reflexionó. Según el socio director de Lovells Madrid, "es otros intentos de fusión, otra cosa es que se lleven a efecto", concluyó.
"Para la oficina de Madrid todo son ventajas"
"Para la oficina de Madrid todo son ventajas. Hogan tiene una presencia importante en Latinoamérica y un buen conocimientos de las empresas españolas con intereses en Estados Unidos. De hecho, tenemos clientes comunes", señalaba ayer José María Balañá, socio director de la oficina de Lovells en la capital. Según Balañá, las empresas españolas podrán beneficiarse de la importante presencia de Hogan en Latinoamérica. "Además, podremos ofrecer a los clientes españoles una potente cobertura en Estados Unidos", recordó. Respecto a los posibles conflictos de intereses comerciales o de clientes, el socio director de Lovells señaló que se han estudiado, "aunque son de escasa importancia".