Duro Felguera, al límite tras una reclamación de 413 millones en Argelia
La CNMV suspendió la cotización de la ingeniera asturiana durante casi todo el lunes. La empresa se ha mantenido en silencio mientras el mercado especula con un preconcurso
Duro Felguera está al borde del precipicio, una vez más. Esta ingeniería asturiana, que fue rescatada por el Estado en 2021 con unos préstamos de 120 millones de dinero público, está al límite después de que la energética argelina Sonelgaz haya presentado una solicitud de arbitraje contra ella con el que le pide una indemnización de 413 millones de euros por la paralización de un contrato en junio. La noticia, que fue comunicada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en la madrugada del domingo al lunes, ha provocado una estampida en Bolsa de la compañía que se ha desplomado un 19,94%, hasta los 0,4035 euros por acción, momento en el que la CNMV decidió suspender su cotización en torno a media sesión.
“[Se suspende] cautelarmente, con efectos inmediatos, al amparo del artículo 64 de la Ley 6/2023, de 17 de marzo, de los Mercados de Valores y de los Servicios de Inversión, la negociación en las Bolsas de Valores y en el Sistema de Interconexión Bursátil de las acciones, y otros valores que den derecho a su suscripción, adquisición o venta, de la entidad Duro Felguera, mientras es difundida una información relevante sobre la citada entidad”, informó la CNMV pasado el mediodía. La compañía mantuvo así su cotización suspendida durante casi toda la jornada y ha decidido no hacer comentarios tras la medida de la CNMV.
El conflicto con Sonelgaz se remite a junio, cuando la compañía asturiana comunicó la suspensión de los trabajos del proyecto de la central térmica de ciclo combinado Djelfa. “Ante la necesidad de ajustarlo a la realidad concurrente, alterada sustancialmente desde su origen por causas no imputables a Duro Felguera y tras múltiples intentos de solución, se ha acordado la suspensión de los trabajos”, había explicado la asturiana en junio. Por ello, Sonelgaz presentó el pasado 10 de noviembre (Duro Felguera tardó 15 días en hacerlo público) ante la Cámara de Comercio e Industria de Argelia una solicitud de arbitraje contra ella, en la que le exige levantar la suspensión del contrato, reanudar los trabajos y el pago de una indemnización que asciende a unos 413 millones de euros. La asturiana indicó que presentará su escrito de oposición a la solicitud antes del 10 de diciembre, donde rechazará la solicitud de Sonelgaz porque entiende que la suspensión del contrato está sujeta a derecho.
De esta forma, Duro Felguera vuelve a estar en el disparadero después de que en 2021 se salvara del concurso de acreedores gracias al salvavidas que le lanzó el Estado en forma de préstamos por valor de 120 millones de euros a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales). Eso sirvió para que la compañía, que da empleo a unas 1.500 personas, pudiese salir adelante con el visto bueno de sus acreedores bancarios, entre ellos el Santander, el BBVA y Caixabank. Sin embargo, la compañía no consigue remontar y debería de empezar a devolver el préstamo del Estado el año que viene.
El fantasma del preconcurso de acreedores
Durante la mañana del lunes, el presidente de la compañía, Eduardo Espinosa, convocó una videoconferencia para hablar con los representantes de los trabajadores. Según explica el secretario general de Comisiones Obreras (CC OO) de Industria de Asturias, Damián Manzano, Espinosa les aseguró que la compañía “ni ha presentado ni piensa presentar” el preconcurso de acreedores. La reunión tuvo lugar poco antes de la suspensión de la cotización; por ello, CC OO pedirá una nueva reunión con la dirección.
Por su parte, el sindicato de accionistas minoritarios (SAM) de Duro Felguera ha señalado que “ante las publicaciones de diversos medios que especulan con una posible solicitud de preconcurso de acreedores por parte de Duro Felguera, la organización comunica que no existe confirmación de la empresa en tal sentido y, en consecuencia, de ser cierto lo publicado, la empresa debería informar al mercado, entendiendo que, si no lo hace, es porque no se ha producido dicha situación”.
“No habiéndose confirmado por la empresa las noticias aparecidas en medios, el SAM solicitará a presidencia una reunión para, en cumplimiento de nuestros fines fundacionales, obtener determinadas certezas que nos permitan apoyar u oponernos a las decisiones a adoptar, en defensa de los accionistas minoritarios y del resto de grupos de interés”, ha añadido este grupo de accionistas.
La compañía, que cambió de dueños en febrero de este año con la compra de casi el 55% del capital por parte de las mexicanas Prodi y Mota-Engil, no logra remontar pese al apoyo del Estado y presentó unos malos resultados semestrales, con unas pérdidas de 26,3 millones de euros. Si bien logró elevar sus ingresos un 11% entre enero y junio, el ruido en torno a Duro Felguera se incrementó notablemente en el último mes con la salida del anterior consejero delegado, Jaime Argüelles, quien abandonó definitivamente la compañía al salir también del consejo de administración, el cual pasó a estar presidido por el consejero ejecutivo Eduardo Espinosa. Este sustituyó en el puesto a Jaime Isita, hombre fuerte designado por los dueños mexicanos de Duro Felguera, quien pasó a ser vicepresidente.