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Secretos de despacho

Elegancia y señorío en MHM

Pablo Carrington gestiona con encanto y desde Palma un grupo hotelero

Su vocación es la gestión hotelera. Después de un tiempo trabajando en el sector financiero y en consultoría, decidió poner en valor su experiencia laboral y su faceta emprendedora al servicio del patrimonio inmobiliario familiar. Pablo Carrington, nacido en San Sebastián hace 38 años, con porte, trato aristocrático y mucho mundo, está al frente de MHM (Hotel Management & Consulting), compañía dedicada a la gestión hotelera. Arrancó en 2003 con la apertura de Villa Soro, un señorial hotel ubicado en una villa propiedad de su familia en San Sebastián. El proyecto cuajó ymás tarde llegó otro hotel, Astoria 7, con un centenar de habitaciones en la misma ciudad. Y otro, Palacio Guendulain, en pleno centro de Pamplona.

Para el próximo año tienen prevista la apertura de dos establecimientos hoteleros, uno en Villabuena (El Ciego, La Rioja) y otro, Cap Rocart, en la bahía de Palma. Este último es el proyecto más ambicioso de la compañía, ya que se trata de una antigua fortaleza que se convertirá, respetando la antigua estructura, en un hotel boutique de lujo, aislado del mundo. Todo esto lo cuenta Carrington, recién llegado de París, donde vive parte de la semana, en su despacho dentro de un señorial edificio en el centro de

Palma.

Vigila todos los detalles; mientras se desarrolla esta entrevista, está probando el olor de las velas que tiene previs to para el hotel. Quiere conseguir el aroma de romero, el mismo que desprendeMallorca. ¢Es importante cuidar todas estas cosas, buscando la sencillez, porque en el sector del turismo el exceso es efímero, tiene un periodo de caducidad; lo que sí hay que es tener coherencia en el producto, ya que es la única manera de aguantar en los peores momentos¢, afirma Carrington, quien asegura que su vena emprendedora no le viene de familia, ya que pertenece a la primera generación que ha de ganarse la vida trabajando. ¢Esa suerte se acabó¢, dice con gracia.

Estudió Económicas en el Boston Collegue, comenzó trabajando en Citibank para, más tarde, desempeñar durante seis años labores de consultoría en Roland Berger, donde se especializó en turismo y transporte aéreo; en esta última área participó en la reestructuración de Air France y Lufthansa. Fue precisamente este puesto el que le hizo replantearse su futuro. Rechazó ser socio de la consultora y se tomó seis meses para reflexionar con la ayuda de un coach personal, que le ayudó a reorientar su carrera profesional hacia la hostelería. ¢Me dejo guiar por los sentimientos, por el alma, y este sector me encanta, procuro saberlo todo, desde hacer una cama a cómo se debe dirigir¢. Porque si algo le gusta a Carrington es dormir en los hoteles que promueve, ya queMHMse dedica a gestionar los hoteles con el respaldo de los propietarios de los establecimientos.

La ciudad de Palma es su base de operaciones, ¢donde estoy relajado y tranquilo para pensar, para estudiar las cifras de los hoteles, para examinar desde los jabones a la gastronomía que ofrecemos¢, pero realmente su oficina es una maleta, ¢ya que estoy constantemente viajando¢.

En la pared de su despacho tiene los planos del complejo de Cap Rocart, obra del arquitecto mallorquín Antonio Obrador y del estudio Denario. ¢Es un proyecto en el que nos estamos volcando porque es único, está situado en un lugar estratégico, con unas vistas privilegiadas, dentro de una antigua fortaleza¢, explica este ejecutivo, que define su estilo de dirección de corte anglosajón. ¢No soy una persona de reunionitis, me gusta ir directo al negocio y creo que tengo una gran dosis de humanidad con el equipo de profesionales que trabajan en los hoteles¢.

Define tres perfiles fundamentales dentro de la gestión hotelera: el director, el jefe de sala y la gobernanta. ¢En la selección de estos puestos hay que volcarse, porque de ellos dependerá el éxito de un local¢. Carrington se define hotelero de alma, de los que visita establecimientos con el único afán de aprender. La crisis parece no afectarles, ¢porque nuestro secreto es saber flexibilizar la gestión¢. Y crecer a un ritmo prudente: llegar a una decena de hoteles.

Pasión por los aviones

La verdadera pasión de Pablo Carrington son los aviones. ¢Soy de los que se va al aparcamiento de los aviones a verlos¢. También le encanta volar, y no le importan las horas. ¢Soy feliz ahí arriba, me siento libre¢, asegura. Esta querencia le viene de niño y de su experiencia como consultor de aerolíneas. Todo esto lo relata mientras enseña la maqueta de un avión que guarda como algo especial en su despacho, una obra del artista vienés Ben Jakober, que tiene en sus alas unos caracoles.

Entre sus aficiones se encuentra disfrutar del campo normando, donde posee una casa, y del mallorquín. Es ordenado, lleva un maletín con clasificadores, en el que guarda información de los hoteles, que siempre le acompaña, como también su ordenador y su Blackberry. Le dedica todo su tiempo al trabajo y confiesa que es el peor acompañante en una escapada de ocio, ¢porque siempre lo estoy examinando todo y empapándome de posibles ideas que luego puedo trasladar a mi negocio¢. Porque si algo ha tenido siempre claro es que no quería ser toda su vida asalariado y deseaba abrir su propio negocio. ¢Es esencial trabajar y tener un proyecto de vida¢.

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