_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Megaampliaciones en la banca japonesa

Los megabancos japoneses se están preparando para realizar megaampliaciones de capital. Mitsubishi (MUFG) Financial Group, la mayor entidad del país por activos, está a punto de lanzar una ampliación de 11.100 millones de dólares coincidiendo con los resultados semestrales esta semana. Si los rivales la imitan, los mercados de valores de Japón pueden agotarse.

Las entidades están asustadas por tener que cumplir en diciembre con las directrices sobre ratios de capital de Basilea, que puede golpear a los llamados megabancos japoneses de forma desproporcionadamente dura. Con el índice Nikkei un 37% por encima de sus mínimos de marzo, ahora parece un momento oportuno para los inversores.

El problema para Mitsubishi, Mizuho y Sumitomo Mitsui es que Basilea parece desfavorable a sus balances generales. La prodigiosa capacidad del Gobierno para tomar prestado -el ratio deuda / PIB de Japón es del 200%- ha dejado a los tres bancos con 600.000 millones de dólares en deuda pública. En el otro lado de la balanza, la mayor parte del capital de los bancos está formado por acciones preferentes de bajo costo, que las entidades han tendido a emitir en lugar de acciones directas.

La rumoreada ampliación de capital de MUFG elevaría su ratio de core capital al 7,3% y le dejaría con una deuda total de 20 veces sus activos. Si Mizuho y SMFG lograran atraer suficiente capital para alcanzar el mismo resultado, la emisión de acciones alcanzaría un total de 46.000 millones de dólares. Eso elevaría el capital obtenido este año a través de la Bolsa por las compañías japonesas por encima del récord de 2006, situado en 68.000 millones de dólares.

Pero no sólo los bancos, también las compañías no financieras podrían necesitar fondos. O las directrices globales se adaptan a los bancos japoneses o los bancos japoneses deberán adelgazar para caber en el traje.

John Foley

Archivado En

_
_