La crisis acentúa la necesidad de cubrir el riesgo divisa
La enorme volatilidad del tipo de cambio puede resultar letal para las inversiones en el extranjero si no se utiliza una protección adecuada para eliminar ese impacto
Perder el 75% de una inversión por el efecto divisa es un riesgo que pocas empresas o ahorradores están dispuestos a asumir. La enorme volatilidad del tipo de cambio puede resultar letal si juega en contra y la crisis no ha hecho más que acentuar la necesidad de aislar el impacto divisa en una inversión extranjera. La inesperada escalada del dólar en 2008, al convertirse en moneda refugio durante los momentos de pánico vendedor, causó verdaderos estragos en muchas carteras financieras o empresariales poco o mal cubiertas contra este riesgo. Un impacto que se puede eliminar con una gestión adecuada.
Los profesionales del mundo de la gestión financiera, los ahorradores y las empresas son cada vez más conscientes de la importancia de actuar para reducir la volatilidad de sus inversiones. Las consecuencias negativas de no cubrir una inversión se pueden evitar lo que explica la creciente demanda de protección contra el riesgo divisa.
"Evitar pérdidas de este tipo puede resultar clave para mantener puestos de trabajo y atenuar los efectos de la crisis. Antes era exclusivamente una preocupación de las grandes corporaciones, pero desde hace ya algunos años, las empresas medianas y pymes también muestran interés en gestionar y cubrir sus operaciones de divisas", explica Juan Ignacio Díaz, responsable de ventas de mercados de capitales de Deutsche Bank.
En inversiones extranjeras con rentabilidades esperadas bajas, como la renta fija, la protección contra el riesgo de cambio cobra relevancia, puesto que los vaivenes de la divisa pueden eliminar completamente la ganancia. Los efectos en una inversión en Bolsa también pueden llegar a ser significativos, al igual que en transacciones comerciales o financieras en el exterior, donde suele transcurrir algún tiempo entre la fecha de formalización del contrato y la fecha fijada para efectuar los pagos y cobros. "El riesgo surge del desconocimiento del importe exacto que representará en moneda propia el importe a cobrar o pagar en divisa en su momento", explica José Manuel Pazos, socio director de IGF.
El mercado de divisas es el más profundo y líquido, pero también el más difícil de predecir por las ineficiacias que generan los enormes flujos de entrada y salida de dinero tanto de especuladores (alrededor del 20%) como de corporaciones que operan en él para reducir el riesgo de sus carteras. Infinidad de variables, como la coyuntura económica, la posición de mercado de los grandes participantes, la intervención de los bancos centrales, las regulaciones, la estabilidad política o los rumores influyen en el tipo de cambio.
Adivinar el rumbo que tomará una divisa se convierte en una tarea compleja, puesto que unas variables pueden jugar a favor y otras en contra de una moneda, lo que provoca que el mercado unas veces se fije en factores como el déficit, en otras atienda a los tipos de interés, mientras que en ocasiones se puede dejar llevar por el ánimo y optar por una moneda como un refugio como ocurrió con el dólar el pasado ejercicio en el punto álgido de la crisis.
¿Qué opciones le quedan a una empresa española que exporta a EE UU y quiera proteger sus ingresos contra una caída del dólar? La mejor opción es acudir a un asesor que le ayude a identificar exactamente el riesgo que quiere cubrir puesto que no es lo mismo un riesgo contable, uno financiero o el de una operación comercial. El abanico de opciones es amplio.
GESTIâN DEL RIESGO
El riesgo divisa se puede gestionar mediante la contratación de instrumentos de cobertura. Los más comunes son los seguros de cambio (Forward en inglés). Se trata de un compromiso por el que las dos partes conciertan anticipadamente un tipo de cambio fijo para comprar o vender un importe específico de divisa a una fecha determinada. El único coste es la diferencia entre el tipo de interés de la divisa comprada y el tipo de interés de la divisa vendida, diferenciales muy pequeños entre los países desarrollados en el momento actual.
Esta cobertura, por tanto, facilita la planificación financiera puesto que el día del vencimiento se conoce con exactitud el tipo de cambio al que se venderá o comprará una divisa. Uno de los problemas clásicos que genera este tipo de coberturas se da cuando la fecha de un cobro (o pago) se retrasa más allá del vencimiento, lo que provoca que la operación se liquide por diferencias.
Por ejemplo, una empresa exportadora contrata un seguro de cambio a seis meses para vender la divisa que recibirá por las ventas que realizará en el exterior. De esta manera se asegura que independientemente de lo que haga el dólar en ese periodo cambiará a su vencimiento la divisa a un tipo de cambio fijo, de por ejemplo 1 euro por cada 1,5 dólares. Si el día del vencimiento del seguro de cambio, nuestro exportador aún no ha cobrado, el banco habrá de liquidar el seguro de cambio y adquirirá los dólares en el mercado por cuenta del exportador. Si el dólar se ha debilitado y cotiza a 1,60 por cada euro, la liquidación resultará favorable para la empresa. Recibirá la diferencia en euros entre los 1,50 pactados y los 1,60 del día de la liquidación.
Por el contrario, si el dólar se ha apreciado y se cotiza a 1,40, el banco liquidará el seguro y cargará la diferencia en la cuenta de exportador. Una situación con la que se encontraron muchas empresas en la última parte del pasado ejercicio cuando se produjo la escalada del dólar. "Lo ideal cuando alguien tiene que liquidar una posición es contratar una nueva cobertura inmediatamente y tratar que sea al mismo precio", sugiere José Manuel Pazos, socio director de IGF, para evitar sustos. Algunos bancos también ofrecen una gestión dinámica para mitigar cambios bruscos en el mercado.
OTRAS COBERTURAS
Dentro del universo de instrumentos de cobertura, nos encontramos con variantes menos comunes, pero también de uso frecuente, como las opciones, los estructurados compuestos por varias opciones, o los swaps de divisas. Su versión más simple, son las conocidas como opciones plain vanilla. El exportador compra una put (opción de venta) y paga una prima para garantizarse un tipo de cambio en una fecha futura. En la fecha de vencimiento utilizará la opción si el tipo de cambio que le garantiza es mejor que el que obtendría de la venta al tipo de cambio del día. En caso contrario venderá sus dólares al tipo de cambio de mercado.
El rechazo al pago de una prima ha animado la contratación de combinaciones de opciones, empaquetadas en los llamados estructurados y vendidos a coste cero. Este tipo de estructuras, cuyo comportamiento no siempre es bien comprendido por el usuario, ha sido fuente problemas en las tesorerías de las empresas en un entorno de tanta volatilidad como el de los últimos meses.
Las operaciones de swap de divisa son otra alternativa de cobertura son una alternativa a la prolongación del vencimiento de una cobertura con seguros de cambio. Consiste en la compra al contado de una divisa y su venta simultánea a plazo.
El mundo de los derivados es complejo y permite atender a quienes buscan en ellos cobertura, o aquellos que simplemente los utilizan como instrumento de inversión.
El experto responde
¿Por qué es importante cubrirse del riesgo divisa?
En inversiones extranjeras con rentabilidades bajas esperadas la volatilidad de la divisa puede eliminar completamente el retorno. El ratio de cobertura vendrá determinado por el perfil del inversor o empresa, el coste de la cobertura y los tratamientos contables de las estrategias, entre otras razones.
¿Cuál es el coste de una cobertura?
El coste de una cobertura está determinado por el diferencial de las curvas de tipos de ambas divisas (los puntos forward). Cuando este diferencial es muy pequeño, como lo es en la actualidad entre las principales divisas del G10), el coste es insignificante. Por otro lado, las coberturas, aunque sean sin coste, pueden añadir más volatilidad a la cartera, si existe una correlación muy negativa entre el activo subyacente a cubrir y la divisa en que éste esté denominado. Por ello, es preciso un estudio detallado de todos los factores que afectan a una decisión de este tipo, antes de llegar a la cartera óptima de coberturas.
De los tipos de cobertura que hay, ¿cuáles son los más demandados?
A modo general, podríamos distinguir entre coberturas pasivas o dinámicas. Las primeras buscan una reducción del riesgo de divisas de manera sistemática, las segundas buscan una reducción del riesgo pero tratando de situar sus carteras de coberturas de acuerdo a cada situación del mercado.
¿Qué inconvenientes y ventajas tienen?
La ventaja de la pasiva es su sencillez y los pocos recursos que necesita, puesto que no es necesario seguir la evolución del mercado; sus inconvenientes son las altas liquidaciones negativas a que pueden hacer frente ante un movimiento brusco del mercado como ocurrió durante 2008, en el que muchos inversores con este tipo de coberturas tuvieron que sufrir unas liquidaciones altísimas, que requirieron la venta de los activos subyacentes para hacerlas frente, y en un momento de alta incertidumbre crediticia. Este problema lo evita una gestión dinámica de una cartera de cobertura, y constituye su mayor ventaja. Es lo que llamamos crear alphaen la cartera. Se consigue utilizando muchos recursos (su principal desventaja), puesto que implica estar muy cerca del mercado para ir tomandolas decisiones pertinentes para las carteras, desde su composición de productos, hasta el ratio de cobertura a aplicar.
¿Que está aconsejando a sus clientes?
Depende de los mercados donde se encuentren expuestos y de la evolución de la cartera de coberturas durante el año. En general, altos o muy altos niveles de cobertura en el caso del euro dólar, primando más el uso de seguros de cambio frente a las opciones. En mercados emergentes, más uso e opciones.
Pedro Servet. jefe de la mesa de divisas de Citi
El euro, a un paso de su máximo histórico
Mucho se ha oído hablar últimamente sobre el declive del dólar como moneda reserva, un debate que se aviva cada vez que el euro supera la barrera de 1,5 dólares. La pasada semana la divisa se anotó un avance de casi el 1% que situó el cambio frente al dólar en 1,506, el máximo del año.
"Nuestra sensación es que la debilidad del dólar puede continuar y no descartamos que llegue a niveles de 1,6. El dólar se está usando como moneda de carry trade. Es decir, muchos inversores se endeudan en dólares -divisa con unos tipos de interés entre el 0 y el 0,25%- para después comprar activos de más rentabilidad. Esto va a continuar hasta que se esperen unos niveles de tipos de interés más altos", explica Marian Fernández, responsable de estrategia de Inversis Banco.
Los bajos tipos de interés en EE UU son un reflejo de la debilidad de la economía estadounidense, aquejada de un elevado déficit, una tasa de desempleo del 9,8% y un consumidor excesivamente endeudado que hacen prever una recuperación económica muy lenta. Esta misma semana Nicolás Eyzaguirre, director del departamento de América del FMI, comentaba que la depreciación del dólar refleja la debilidad interna de EE UU, por lo que su cotización actual "no es inadecuada".
En cualquier caso, los expertos coinciden en que la pérdida de la hegemonía del dólar será algo gradual. La divisa estadounidense aún representa casi el 63% de las reservas mundiales. "El dólar no perderá la hegemonía en el corto plazo será algo gradual", añade Arnaud Gerard, gestor de Pareto, parte de BNY Mellon AM.