Las bonificaciones de ejecutivos de Wall Street podrían batir récords este año
Los mayores bancos y firmas de valores de Estados Unidos van camino de pagar a sus empleados unos 140.000 millones de euros este año, un récord que demuestra la velocidad con la que se están recuperando las remuneraciones a pesar del escrutinio regulatorio.
Según un análisis de documentos oficiales correspondientes al primer semestre de 2009 y estimaciones de ingresos hasta fin de año realizadas por The Wall Street Journal y recogidas por EFE-Dow Jones, los empleados de bancos de inversión, fondos de cobertura, gestores de activos y mercados bursátiles y de materias primas podrían ganar más que en 2007. Ese fue un año récord para la bolsa y los beneficios de Wall Street aún no habían sido vapuleados por la crisis financiera.
Salvo que se produzca una súbita reversión del aumento en el corretaje de valores, banca de inversión y otros negocios, la remuneración y los beneficios totales en las 23 firmas que cotizan en bolsa analizadas por The Wall Street Journal aumentarían un 20% frente al año pasado.
Retener a los empleados más valorados
El repunte también refleja la mayor confianza de las firmas de Wall Street en su capacidad para pagar salarios altos con tal de captar o retener a sus empleados más valorados, especialmente una vez que hayan devuelto las inyecciones de capital financiadas por los contribuyentes que los ayudaron a mantenerse a flote durante la peor parte de la crisis.
Hasta ahora, los reguladores y los legisladores se han concentrado en asegurarse de que las remuneraciones desincentiven una toma de riesgo excesiva, lo cual deja abierta la pregunta de cuánto es demasiado para las empresas.
El análisis de The Wall Street Journal<7i> incluye a los gigantes bancarios JP Morgan Chase & Co, Bank of America Corp y Citigroup Inc; firmas de valores como Goldman Sachs Group Inc y Morgan Stanley; gestores de activos como BlackRock Inc y Franklin Resources Inc; firmas de corretaje en línea como Charles Schwab Corp y Ameritrade Holding Corp, y operadores cambiarios como CME Group Inc y NYSE Euronext Inc.
Los negocios se han normalizado en muchos rincones de Wall Street y las firmas aún se sienten obligadas a pagar grandes sumas de dinero, a menudo un 50% de sus ingresos o más, para retener a la gente que genera sus ganancias.
Las firmas de inversiones de capital privado y los fondos de cobertura, aunque debilitados, también representan una amenaza competitiva para atraer a banqueros y corredores.
"La remuneración tuvo un papel importante en la crisis financiera y, sin embargo, nada ha cambiado", según destacó el profesor de derecho de la Universidad de Denver y experto en gobierno corporativo Robert Brown.
Las estimaciones de ingresos y salarios se calcularon usando los dos trimestres más recientes de información financiera y las proyecciones de resultados del segundo semestre recopiladas por Thomson Reuters.
Decisiones a final de año
En Wall Street cualquier decisión salarial se toma a fin de año, por lo que las firmas podrían decidir reducir los sueldos de forma sustancial en los próximos dos meses, a medida que calibran tanto la opinión pública como los resultados del cuarto trimestre.
Las remuneraciones han sido un tema especialmente espinoso en el caso de Goldman Sachs, ya que algunos políticos y la opinión pública estadounidense se preguntan cómo pueden haberse recuperado los salarios con tanta celeridad -a pesar del aumento en las ganancias- desde que la firma recibiera ayuda estatal temporal junto con otros grandes bancos, hace cerca de un año.
Algunas instituciones importantes "tuvieron un buen año, así que van a sentir la necesidad de pagar bastante bien", destacó el investigador del centro de estudios Brookings Institution en Washington, y ex banquero de inversión Douglas Elliottm, que agregó que "no cabe duda de que habrá un conflicto entre los bancos y la percepción del público sobre los salarios".
"La manera más fácil de destruir una firma es no pagando a nuestros empleados", señala un portavoz de Goldman Sachs, que añade que "entendemos que el tema desata pasiones", pero "destruir una empresa rentable no le conviene a nadie".