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Columna
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No tan gigante

No todos los días una gran petrolera anuncia un descubrimiento "gigante". Pero eso es lo que hizo el miércoles la petrolera británica BP. El campo Tiber está en las profundas aguas del golfo de México, a 250 millas al sudeste de Houston. Podría ser más grande que el campo de Kaskida, que tiene una capacidad de 3.000 millones de barriles de petróleo.

El descubrimiento es obviamente una buena noticia para BP, y para los propietarios minoritarios, la brasileña Petrobras y la estadounidense ConocoPhillips. Es siempre bueno encontrar petróleo en una zona políticamente estable del mundo con relativamente bajos tipos de interés. EE UU, que actualmente importa cerca del 60% de su petróleo, dará la bienvenida a un gran campo en su patio trasero. Pero aun siendo enorme, no es probable que transforme el mundo del petróleo y el gas.

Para empezar, el campo plantea grandes retos técnicos. Hará necesarios los pozos más profundos jamás construidos. El proyecto Thunderhorse, también en el golfo de México, necesitó cerca de una década para ponerlo en marcha. Se espera que la experiencia haga este proyecto un poco más fácil.

Incluso si todo va bien, Tiber no es tan grande. Se dice que el campo tiene 1.000 millones de barriles de reservas recuperables. Aunque el petróleo fluya rápido, es poco probable que haga gran mella en un país que consume 21 millones de barriles al día. Si el campo tiene una vida de 15 años y bombea 66 millones de barriles al año, podría suministrar menos del 1% del consumo anual de EE UU.

El efecto en BP tampoco será mucho mayor. Después de los costes de exploración, producción y marketing, cada barril tiene un valor neto actual de unos 3 dólares. Si hacemos las cuentas, la participación del 62% de BP en el campo tiene un valor de unos 1.900 millones de dólares, justo por encima del 1% de su capitalización de mercado actual.

F. Maharg-Bravo

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