Brown se suma a la reclamación de Sarkozy y Merkel para regular las retribuciones del sector financiero
El primer ministro británico, Gordon Brown, se ha sumado a las demandas formuladas por sus homólogos de Alemania y Francia, Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, de cara a la próxima cumbre del G-20, que se celebrará en Pittsburg (EEUU) el 24 y 25 de septiembre, respecto a la necesidad de establecer normas de carácter vinculante y obligatorio que regulen las retribuciones variables percibidas por los ejecutivos del sector financiero.
En una carta remitida al presidente de turno de la UE, el sueco Fredrik Reinfeldt, los tres mandatarios europeos advierten de que, a pesar de las señales de estabilización económica, "la crisis aún no ha terminado" y hacen hincapié en que los líderes que se reunirán en Pittsburg deben reafirmar su voluntad de desarrollar un nuevo modelo de crecimiento sostenible y una mejor organización de los mercados financieros para evitar la repetición de crisis similares en el futuro.
De este modo, la carta destaca la importancia de alcanzar resultados concretos en la cumbre del G-20 respecto a las retribuciones del sector financiero que contemplen una mejora de la gobernanza de las entidades, así como un aumento de la transparencia
En este sentido, los tres líderes europeos instan a que las políticas de compensación fomenten el análisis de los riesgos a todos los involucrados en la determinación de los riesgos contraídos por una entidad financiera y subrayan la necesidad de que los bonus se ajusten a la retribución fija así como a los resultados del banco.
Asimismo, la carta sugiere que en el caso de existir una compensación en opciones sobre acciones se debe incorporar un periodo determinado de tiempo para que puedan ser ejercidas o vendidas.
Por otro lado, Sarkozy, Merkel y Brown apuntan que debe tenerse en cuenta la posibilidad de limitar el importe de la retribución variable en los bancos ya sea en proporción de la remuneración total o respecto a los ingresos y/o beneficios del banco.
Además, la carta apremia para que las actividades especulativas que representan un riesgo para la estabilidad financiera sean desincentivadas al elevar los requisitos de capital en estas actividades, como ya se ha recomendado por el Comité de Basilea, y señala que las normas de 'Basilea II' deben aplicarse "plenamente".
"El G-20 debe transformar esos principios en normas vinculantes para las instituciones financieras que desarrollan operaciones complejas y de riesgo elevado y asegurarse que existen sanciones para los bancos nacionales que no apliquen estas normas. Por ejemplo, los gobiernos podrían no conceder dinero a las instituciones financieras que no estén aplicando las normas acordadas internacionalmente", señala la misiva.
Medidas coordinadas conta los paraísos fiscales
Los tres líderes europeos se marcan el objetivo de establecer en Pittsburg una lista completa de "contramedidas" a aplicar a partir de marzo de 2010 frente a aquellas jurisdicciones que no cumplan de manera efectiva con las normas internacionales en materia de información fiscal.
Asimismo, la carta subraya que la próxima cumbre del G-20 debe sentar las bases para una nueva cooperación económica mundial que sólo puede ejercerse con el apoyo de las organizaciones internacionales fuertes y legítimas. Por lo tanto, debe adoptarse la "hoja de ruta de la necesaria reforma de la gobernanza y la representación en el FMI", que deberá completarse en enero de 2011, y el Banco Mundial, que se completará en la primavera de 2010.
Por otro lado, Sarkozy, Merkel y Brown reclaman la necesidad de avanzar en la Carta para una actividad económica sostenible que consolidará la sostenibilidad como un principio fundamental de la economía mundial, ayudando a prevenir futuras crisis como la que hemos sufrido.