A la manera francesa
Francia ha solucionado los problemas de su banco más conflictivo. Natixis acumulaba más pérdidas que ninguno de sus rivales domésticos y aún tenía más a la vista. Ahora esas pérdidas serán avaladas.
Los propietarios mayoritarios del banco de inversión, Caisses d'Epargne y Banques Populaires, se vieron forzados a unirse a principios de año después de recibir 7.000 euros de ayuda estatal para asistir a la oveja negra. El resultante BCPE ha proporcionado a Natixis la ayuda que necesitaba: un aval sobre 32.000 millones de euros de crédito estructurado, algo similar al plan de protección de activos del Reino Unido.
La estructura favorecerá a Natixis si los mercados no van mal. Más que absorber pérdidas -la técnica británica-, Natixis retiene un 15% de exposición a los activos avalados. Eso podría extender el daño pero reducir la severidad. Además, BCPE proveerá el aval, y no el Estado. Esto limita la transferencia de riesgo al Estado y debería mantener a BCPE más atento a la supervisión de su problemática filial.
Natixis sale de esta con uno de los balances más sólidos de Francia, con un recorte de 16.000 millones de euros de activos tóxicos y un ratio Tier 1 del 8,2%. Los inversores ignoraron las pérdidas trimestrales y las acciones subieron un 39% hasta los 3,2 euros, aún lejos del precio de flotación de 19,55 euros de hace tres años. Pero para que el banco mejorara sus posibilidades de éxito, hacía falta eliminar cualquier posibilidad de fracaso. BCPE ya puede plantearse si realmente necesita un banco de inversión.
Jeffrey Goldfarb