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Ratificación

Obama confía a Bernanke la gestión de la salida de la crisis

El responsable de la Reserva Federal acometerá un segundo mandato.

Obama confía a Bernanke la gestión de la salida de la crisis
Obama confía a Bernanke la gestión de la salida de la crisis

Ben Bernanke se ha enfrentado a un sistema financiero al borde del colapso con calma y sabiduría, con acciones audaces y soluciones creativas que han ayudado a frenar la caída en picado de nuestra economía". Con esta lectura previa del curriculum del actual responsable de la Reserva Federal, el presidente de EE UU anunció ayer su decisión de proponer a Ben Bernanke para un segundo mandato al frente de la autoridad monetaria. Barack Obama disipó así, con inusual antelación, las dudas sobre el futuro de una institución que ha jugado un papel crucial en la actual crisis y confía a un hombre designado por George W. Bush la tarea de pilotar la crítica salida de la recesión.

Bernanke, de 55 años, fue asesor de Bush durante un breve periodo, miembro de la Fed siendo Alan Greenspan presidente, catedrático de Pricenton y una autoridad en el estudio de la depresión de los años treinta. Ayer Obama puso especial énfasis en esta faceta. "Como experto en la Gran Depresión, estoy seguro que Ben nunca imaginó que sería parte del equipo responsable de evitar otra".

El presidente de la Fed recibió ya la felicitación y las alabanzas de sus homólogos en el BCE, el Banco de Inglaterra y de Canadá, Jean Claude Trichet, Mervyn King y Mark Carney respectivamente. Su predecesor, Alan Greenspan, dijo que Bernanke "se ha ganado el segundo mandato" y la mayor parte de los economistas y la academia han aplaudido la decisión de mantenerle cuando los rumores apuntaban a que Obama preferiría a alguien más cercano ideológicamente al frente de la Fed. Su asesor, Larry Summers, uno de los hombres que sonaban para sustituirle, fue junto con Tim Geithner, secretario del Tesoro y Rahm Emanuel, jefe de gabinete, los que abogaron por mantener el equipo que está gestionando la crisis.

Obama aprovechó ayer para recordar que la hoja de ruta de Bernanke, y la suya propia, tiene muchos kilómetros por delante a pesar de que se ha evitado lo peor y se ha estabilizado la economía. Según el presidente, la industria automovilística está empezando a mostrar "constantes vitales, la inversión empresarial emite señales de estabilización y el mercado de la vivienda y el crédito han sido salvados del colapso". Pese a esa lectura, explicó que aún hay "un largo camino para lograr un sistema financiero totalmente sano y una recuperación económica total". Obama insistió en que hay que "reconstruir unos nuevos cimientos para el crecimiento y la prosperidad". El presidente admitió que las acciones audaces y poco ortodoxas de su Gobierno y de la Fed son el blanco de críticas, pero que ambos seguirán adelante.

Pero Bernanke va a tener que responder muy pronto a muchas críticas, ya que para retomar su puesto el 1 de febrero, tiene que ser confirmado por el Senado.

El presidente del Comité de Banca del Senado, Christopher Dodd, adelantaba ayer que la selección de Bernanke "es probablemente la opción correcta" y daba por sentado que será un proceso rápido. No obstante, admitió que ha tenido serias diferencias con la Fed en los últimos años. Y no es el único.

A diferencia de Greenspan, que siempre disfrutó en el Senado de un trato de exquisita deferencia, Bernanke se ha encontrado en esta cámara con unos legisladores que no se han mordido la lengua a la hora de cuestionar su labor o criticarle por advertir demasiado tarde la gravedad de la crisis hipotecaria. Bernanke admite que en este último punto, sus críticos llevan razón.

El cambio de actitud, tanto en el Congreso como entre los expertos también ha llegado a Greenspan, quien ha sido muy criticado por su laxitud como supervisor bancario y por ayudar a crear una burbuja crediticia al mantener bajos los tipos de interés.

A Bernanke se le echa en cara no haber hecho lo suficiente para proteger a los consumidores mientras defendía costosas campañas de salvamento de entidades como Bear Stearns y AIG. Lo que tampoco le ha reportado aplausos fue dejar que Lehman Brothers, una firma cuyo dramático fin abrió la caja de los truenos del sistema financiero en todo el mundo agudizando, de ese modo, una crisis con pocos precedentes. Bernanke sigue defendiendo que la Fed no tenía instrumentos para hacerlo, pero eso mismo le ha servido como punto de apoyo para reclamar más poder para esta institución y modernizarla de tal forma que salga reforzada de la crisis.

Es algo por lo que también aboga la Administración Obama pero que no cuenta con gran consenso en el Congreso. Bernanke, quien ya dijo ayer que ha habido muchas noches en blanco y fines de semana en la oficina, tiene como misión la delicada tarea de retirar el extraordinario estímulo monetario con el que ahora funciona la economía. Uno de los trabajos más difíciles de la historia reciente.

Hacia una lenta y larga estabilización

"Una muy dura estabilización". æpermil;sa es la conclusión que se desprende de los dos informes sobre las perspectivas económicas de EE UU presentados ayer. Por un lado, las de la Casa Blanca apuntan a que se salga de la recesión a fin de año, aunque la recuperación será lenta y larga. En este periodo se registrará una elevada tasa de paro (que llegará al 10% en algo más de un año) y el Gobierno tendrá que lidiar con fuertes déficit. En 2009 rondará los 1,5 billones de dólares (menos de los 1,8 previstos por la devolución de parte del rescate de la banca) y en una década se espera que el desfase presupuestario sea de nueve billones, dos más de lo previsto en la primera mitad del año.La profundidad y duración de la recesión son las razones de este empeoramiento, dijo ayer el jefe del presupuesto de la Casa Blanca, Peter Orszag. Su oficina prevé que la economía se contraiga un 2,8% este año (frente al 1,2% de la anterior estimación) y que en 2010 el crecimiento sea del 2%.En una línea algo más pesimista, la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), un órgano técnico, confirmó que el déficit del año fiscal 2009 será de 1,6 billones de dólares, lo que representa el 11,2% del PIB, el mayor desfase tras la Segunda Guerra Mundial.El CBO afirma que los indicadores sugieren que la recesión podría haber acabado o se acabará en unos meses, pero "anticipamos una lenta recuperación" y unas perspectivas muy complicadas más allá de la presente década debido a la situación presupuestaria, los altos costes sanitarios y el envejecimiento de la población.

Los retos

Decidir cómo y cuándo se retira el estímulo monetario, es decir, comenzar a subir tipos y retirar parte de la liquidez que se ha inyectado en los mercados. Es una labor muy delicada porque si sube tipos pronto, puede provocar una segunda recesión y si no se elimina la liquidez se disparará la inflación y habrá que subir tipos.Defender el papel de la Reserva Federal y evitar situaciones como la creada con la crisis de Bank of America.Abogar por que la Fed salga reforzada de la reforma regulatoria y convertida en un superregulador y supervisor del sistema, tal y como quiere la Administración de Barack Obama.

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