Membretes de pega para un golpe de 50.000 millones
La demanda contra un empleado destapa los engaños de Madoff.
En la película El golpe, el gancho de Paul Newman y Robert Redford para captar atraer a Doyle Lonnegan, capo del mundo del hampa, es una casa de apuestas falsa en la que retransmite carreras falsas, donde se juega con dinero falso y donde Newman y Redford juegan con la presunta ventaja de saber qué caballo gana antes de que empiece a retransmitirse la carrera.
La película es de 1973, luego Bernard Madoff bien pudo inspirarse en ella para montar su milmillonaria estafa, iniciada al menos hace 20 años. Cuentas falsas, certificados ficticios, programas informáticos que generaban operaciones aleatoriamente e, incluso, una plataforma de compraventa de valores inventada. O, al menos, ese es el relato que hace la SEC de las operaciones de Madoff en su denuncia contra Frank DiPascali, considerado la mano derecha del estafador.
"Era todo falso", confesó DiPascali. "Era todo ficticio. Estaba mal y yo supe todo el tiempo que estaba mal. Ayudé a falsificar documentos para la SEC y para los clientes. Lo siento mucho. Sé que mi disculpa no sirve de mucho", aseguró ante el juez. Con 52 años y trabajando para Madoff desde 1973, Richard Sullivan se enfrenta ahora a una condena de 125 años de prisión.
Para emitir certificados falsos, DiPascalia había programado un viejo ordenador IBM AS/400 (estos modelos se empezaron a comercializar en 1988) que asignaba operaciones falsas a las supuestas "cuentas" de clientes y les enviaba los certificados correspondientes. Los empleados de la firma corroboraban que los precios de las operaciones se parecían a los de mercado.
Para engañar a los reguladores los programas ofrecían datos aleatorios sobre la marcha y el tamaño de las operaciones. Y, en caso de que algún supervisor o cliente se presentase en las oficinas de la firma, un empleado se sentaba en una mesa de negociación frente a un ordenador que tenía un programa de intermediación bursátil. Pero la única contraparte en este programa era otro empleado, oculto en otra habitación de las oficinas y ayudando en la farsa. Además, Madoff conservaba papelería y membretes de los años ochenta para poder fabricar certificados falsos en caso de una inspección.
Con estos trucos de timador de los años treinta, Madoff logró llevar a cabo una estafa de 50.000 millones de dólares. Y no engañó a cualquiera; en sus redes cayeron algunas de las mayores fortunas del mundo y gestores de fondos que supuestamente analizaban en profundidad sus inversiones.
Doce 'hedge funds', engañados por un productor de cine erótico
Una docena de hedge funds ha presentado una demanda en Manhattan contra Milton Ault, ex bróker y ahora productor de cine pornográfico. Acusan a Ault de haber captado 4,2 millones de dólares en inversiones, que debían ser para crear "una comunidad global de socios e intermediarios" pero se destinaron, según los propios demandantes, "a fomentar su estilo de vida, incluyendo un rancho para el intercambio de parejas y otros proyectos pornográficos". Ault, que ha producido una película erótica basada en la candidata presidencial Sarah Palin, responde según el diario New York Daily News que los hedge funds "no hicieron sus deberes" y que han recuperado parte de dinero.